¡Ya están listas las milangas!

Agustina Sario y Matthieu Perpoint, dupla artística por excelencia, realizan su primer trabajo en conjunto. En él, Agustina está cocinando, recordando recetas de la madre y la abuela, especialmente las milanesas. De ahí en más, comienza un viaje en el tiempo, recordando aquellas hermosas enseñanzas familiares, sumadas a canciones y bailes. Esto sucede, mientras se proyectan en una pantalla grandes imágenes donde se elaboran distintos platos. En ese momento Matthieu se suma, acompañando cada paso que ella realiza, viajando juntos a diversos lugares.

Cuatro son los movimientos más importantes que se llevan a cabo.

Fabiana Barreda, artista visual, lo define en pocas palabras: “Primer movimiento: ella abre la escena y se inicia la música invocándolo. Segundo movimiento: él despliega su cuerpo como resonancia experimental. Tercer movimiento: el amor es física y alquimia sagrada. Unión carnal y espiritual. Y último movimiento donde la danza es colectiva y todos somos inmateriales e infinitos como el sonido y el silencio”.

La cocina, la música, la danza y el canto se unen entre sí, surgiendo una fusión artística única. En esa unión, se realizan los movimientos. Mientras degustamos unas ricas milanesas, acompañadas por un vinito, presenciamos la conexión de cada elemento, que impacta en los actores. Al principio ella se prepara con expectativa, esperando a que aparezca su pareja. Luego, una vez que él se incorpora, comienza la seducción, levemente va en ascenso, a través de sutiles gestos. Continúa todo como un juego, en donde se exploran los cuerpos, las sensaciones, cada uno expresa lo que siente, se sueltan los dolores, el cansancio, la dura rutina, aquello que los aqueja. Finalmente, sueltan la desfachatez que tienen encima, liberando también la parte animal de cada uno, invitándonos a cada uno de nosotros a hacer lo mismo,

Un trabajo físico y corporal súper enriquecedor. Diversas maniobras, piruetas y coreografías realizadas por dos artistas muy completos. Cuerpos que se unen, extendiéndose por toda la sala, conformando varias personas en una. Por unos segundos se transforman en un gigante, cuando ella se sube a él, y viceversa.  Juegan a ser fieras salvajes, después se con vierten en dos pequeños niños. Es mágico lo que realizan.

Una propuesta escénica poco usual, que junta todos los elementos artísticos de las diversas disciplinas, incluso hasta gourmet. Si el teatro fuese gastronomía, este es un plato fuerte exquisito que no se puede perder.

Ficha:

Dirección e interpretación: Agustina Sario y Matthieu Perpoint