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Ficha

  • Prensa:

    El Crisol

 

Varón como dios manda

Se trata de una nueva puesta del texto de Lautaro Vilo, que recibiera el Premio Centro Cultural Ricardo Rojas 2004.

El título de la obra refiere a la Ley que ordena anunciar en los atados de cigarrillos sobre su potencial efecto cancerígeno y otros males. El tabaco, antes de perder su glamour y aceptación social, marcaba un claro paso entre la niñez y la adultez. Cigarrillos pedidos al pasar o robados a los padres, fumados a escondidas y compartidos, eran parte de un ritual que brindaba cierta audacia y seguridad.

En la obra, que seguramente se ha resignificado en sus casi veinte años de historia, es una excusa para desarrollar un texto crudo y cargado de violencia simbólica que describe estereotipos de masculinidades construidas sobre privilegios, inmadurez y falta de empatía que aún en nuestros días, pese a todo el trabajo laboriosamente conseguido por el movimiento feminista siguen teniendo espacios de poder y voz pública.

Tres adultos jóvenes, representantes de un grupo selecto: blancos, con estudios de colegio privado católico y con poco que hacer, reunidos en un espacio que sugiere una especie de guarida de los amigos, están unidos desde el colegio secundario con una amistad oscura, basada en alimentar la pertenencia a ese grupo.

Es en ese espacio de confort en el que conversan y tocan la guitarra, donde la camaradería casi infantil va dando lugar a distintos monólogos que revelan el verdadero color de cada uno de ellos. Es difícil decidir cuál de los relatos es más repulsivo: un compendio de vulneración de todo lo que queda fuera de esa fiesta de falos: el obeso, las embarazadas, el aborto, el empleado morocho, la prostituta negra violada hasta el desmayo. Las historias se van construyendo con el procedimiento de ponerlos como padecientes de las situaciones en las que están siendo opresores.

Bajo la dirección de Francisco Civit, José María Barrios Hermosa, Juan Pablo Maicas y Julián Villar, despliegan su tremendo potencial ofreciendo actuaciones impecables que permiten ver la ambigüedad de estos personajes, parte de un mandato que también los sofoca y oprime. Las anécdotas generan picos de provocación que se mitiga con intervalos de canciones y alguna información enciclopédica sobre el tabaco.

La falta de extrañamiento, tarea que quedará para el espectador, deja la sátira en una línea algo difusa. Entre el final y el aplauso hay una pausa que se hace necesaria, antes de reconocer justamente el trabajo de los artistas. Polémica, provocadora, bien realizada, será cuestión de cada uno verla y sacar las conclusiones pertinentes.

Ficha

Actores: José María Barrios Hermosa, Juan Pablo Maicas y Julián Villar.

Músicos: José María Barrios Hermosa, Juan Pablo Maicas y Julián Villar.

Director General: Francisco Civit

Género: Drama

Categorías: Reseñas

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