Una puerta, un hombre y otro hombre

Una puerta, un hombre y otro hombre

Ficha

  • Datos de funciones:

    Giacani-Lauro Comunicación

  • Prensa:

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La basura de algunos es tesoro de otros o, al revés

 

¿Creíste alguna vez estar en el paraíso?, ¿sentiste encontrar aquello que tanto anhelabas? y  ¿consideraste que eso tan valioso para tí no vale nada para otros? Fran (Gabriel Nicola) y Galvéz (Miguel Sorrentino) se reúnen para celebrar que ha ocurrido algo increíble en la vida de Fran, pero un desacuerdo provocará un giro personal  sin vuelta atrás.

 

Desde hace un buen tiempo, Fran estaba buscando una casa para comprar y vivir allí. Su deseo implicaba una casa diferente, que tuviera algo que llamara especialmente la atención, una que por sus características, le dijera a él “es esta casa”. Y sí, ha ocurrido algo increíble en la vida de Fran, ha encontrado la casa que tanto deseaba con una curiosa puerta. Justamente por ello, comparte esta noticia con su estimado Gálvez. Sin embargo, no observan lo mismo. En realidad, ambos están allí viendo la nueva casa de Fran, pero no de la misma manera.

 

Con una dramaturgia hilarante Darío Bonheur propone pensar esa suerte de deseo o convicción que sostiene al ser humano, que lo vuelve sujeto particular. Con un estilo beckettiano la obra trata la  individualidad, empatía, amistad y el vacío. Es a través del absurdo que estos dos personajes se expresan, dialogan e interactúan en el espacio escénico. El espectador podrá disfrutar del uso de las palabras justas, cuidadas y seleccionadas con mucha inteligencia por parte de Bonheur.

 

“Una puerta, un hombre y otro hombre” propone un juego perspicaz en cuanto a la percepción. Invita al espectador a una nueva relación con el espacio. Y, una vez asentado el dispositivo, se logra un efecto de distanciamiento al haber algo “corrido” en todo lo que acontece. Con ello, la posibilidad de incentivar una actitud crítica en el espectador.

 

En escena dos paneles. Uno perpendicular al otro formando una ele. Se proyecta la casa de Fran con Resolume (Software utilizado para la proyección de espectáculos audiovisuales). El formato elegido resulta ser un aporte para la construcción dramática y el absurdo ya que la casa logra tener independencia respecto a los personajes.

 

En cuanto al vestuario, ambos personajes tienen puesto un traje gris acompañado de una camisa blanca. Más allá de sus estatura, la apariencia resulta similar ya que físicamente y kinésicamente sostienen un estilo. Respecto a lo actoral, tanto Gabriel como Miguel  se destacan por un buen dominio del cuerpo, la precisión de los movimientos, la dicción del texto y la interpretación. Considerando las características de la puesta, por ejemplo: un cambio de roles, es posible observar un trabajo prolijo e impecable de parte de los intérpretes.

 

Por último, es interesante cómo la propuesta teatral logra problematizar sobre cómo el ponerse en el lugar del otro, considerar su punto de vista y necesidades puede ser perjudicial para quien cede y arriesga aquel baluarte o tesoro. A su vez, presenta cuestiones del orden de lo desconocido, ¿qué hay más allá de lo que se conoce?, ¿hay algo?. En ese sentido, el viaje de Fran y Gálvez es hermosamente triste lo que vuelve a esta obra una experiencia sublime.

 

 

Ficha:

De

Darío Bonheur

Con

Gabriel Nicola – Miguel Sorrentino

 

Diseño visual, vestuario e iluminación

Gustavo Acevedo

Diseño Sonoro

Popi Spatocco

Asistencia de Dirección y Operación de Visuales

Leticia Barbitta

 

Dirección

Adriana Garibaldi

Categorías: Reseñas

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