Las ventajas de ser ning-una

Una nariz torcida. Un rasgo minúsculo que la esposa un día le hace notar a su marido y desencadena en él toda una crisis de identidad. Así comienza la última novela del dramaturgo italiano Luigi Pirandello «Uno, ninguna, cien mil», que será la inspiración de Una. Esta obra es una adaptación libre escrita por Giampaolo Samá, quien logra escabullirse por los laberintos del ser con un texto que se presenta moderno y renovado.

En este caso será la voz de una mujer la que toma el protagonismo en este unipersonal, resultando un gran acierto que le brinda frescura al texto y un guiño interesante para repensar temáticas actuales. Ese acierto es aún mayor cuando la actuación queda en manos de la destacadísima Miriam Odorico, quien encarna la piel de una mujer que se atreve a cambiar lo que los demás esperan de ella y genera las más inesperadas repercusiones a su alrededor.

Su cuerpo se vuelve un desfile de personajes que se cruzan con elegancia y un humor desopilante. La multiplicidad de expresiones, voces y poses hacen de un cuerpo, miles. Logra una interpretación formidable que le da vida a un sinfín de diálogos, sin perder lo particular de cada uno de ellos. La musicalización y la  luz tenue potencian su despliegue en el escenario.

Una es un viaje que acompaña la imposible tarea de responder por un ¿quién soy?. Logra transmitir al espectador ese abismo infinito que se abre entre lo que alguien dice que es, lo que le dijeron que era,  lo que cree poder ser y cómo se ve ante los ojos de los demás. Un interminable mundo de espejos rotos que pone en evidencia la compleja trama en la que se construye la subjetividad.

¿Cuántas narices tiene una persona? Puede ser una o ninguna… pero no muchas. Ni distintas, ni superpuestas, nada de narices torcidas y rectas al mismo tiempo. La obra aborda con lucidez la trabajosa tarea de hacer coincidir los pedazos de una identidad que se resquebraja y multiplica ante los ojos de los demás. Explora las dificultades y los recursos a los que se puede llegar con tal de seguir sosteniendo la ilusión de ser uno y lo mismo.

Una mujer y una silla  serán todo lo necesario para desplegar este ir y venir del pensamiento, donde la locura y la soledad se deslizan poco a poco como lugares posibles para ser otra cosa.

Entre varias nominaciones, premios, y participación en festivales, esta obra lleva cuatro temporadas en cartelera. Combina profundidad y un gran talento en el escenario, cerca de la reflexión pero lejos de la solemnidad.

Ficha

Dramaturgia: Giampaolo Samá

Actúan: Miriam Odorico

Vestuario: Julio Suárez

Diseño de luces: Giampaolo Samá

Diseño gráfico: Paola Bilancieri

Producción: Perbacco

Dirección: Giampaolo Samá

Género: unipersonal