En tiempos de turbulencia política

Un cielo poblado de nubes grises y una luna en el fondo del escenario son testigos de las escenas. Una mujer mayor sentada en una silla expresa inquietudes, abre el diálogo con su hijo malevo, que viste un traje negro de tanguero con su mítico sombrero fungi.

En el centro de la escena, la mesa familiar y el vino. En el sector izquierdo, el diván donde el deseo y la muerte se consumen. En el lado derecho, el despacho del político que recibirá a su más fiel aliado, Eusebio, el protagonista de este drama.

El guión realizado por Samuel Eichelbaum y adaptado por el genio de Roberto “Tito” Cossa expresa una realidad social de época y la disputa de poder político. En este aspecto, Eusebio que es un fiel seguidor de un dirigente político hará lo imposible para demostrar su fidelidad, incluso, si esto implica transgredir las normas y desprestigiar su propio nombre.

En cuanto a la actuación, todos los interpretes despliegan un gran conocimiento en el arte dramático, sumergidos en un modo de representación que no es dinámico en su desplazamiento pero que en las acciones y las palabras posee toda su potencia. Incluso, en ciertos momentos de la obra, estás interpretaciones y los diálogos establecerán quiebres fundamentales para trama argumentativa. Además, son indispensables estas interpretaciones expresivas ya que transmiten emotividad conmoviendo a los espectadores presentes.

Aunque el lenguaje del lunfardo pueda parecer lejano al espectador moderno, la impecable adaptación permite que la lectura del espectador sea posible ya que hay huellas textuales que lo acercan al mundo porteño, a la relación maternal y el dilema político, esa grieta histórica que aún perdura con diferente denominación, pero con la misma intensidad. De cierta manera, la obra posee actualidad porque los tiempos fueron mutando, pero los conflictos políticos son similares.

La iluminación realiza un trabajo fundamental porque coloca el haz de luz en diferentes espacios donde se va a concentrar la escena, dividiendo los actos y haciendo que los interpretes aparezcan entre las sombras.

Por otra parte, cabe destacar el trabajo magnifico que realiza la música en escena con su bandoneón, acentuando los momentos dramáticos o incluso, armonizando las escenas con una excelente interpretación dentro del género del tango.

Por último, la obra “Un guapo del 900” adaptada por Roberto Tito Cossa y dirigida por Jorge Graciosi es una excelente propuesta donde el teatro y el drama cobran vida.

 

Ficha

Dramaturgia de Samuel Eichelbaum con adaptación de Roberto «Tito» Cossa.
Dirigida por Jorge Graciosi.
Integran el elenco Juan Manuel Correa, Patricia Durán, Gabriel Fernández, Celeste García Satur, Darío Levy, Miguel Sorrentino y Carla «Char» Vianello como música en escena. La puesta tiene coreografía de Mecha Fernández, música original y dirección musical de Mariano Cossa, iluminación de Horacio Novelle, vestuario de María Armentano y escenografía de Alejandro Mateo.

Género: Drama