La función debe continuar… a como dé lugar

Una comedia muy divertida y que retrata o al menos se asemeja a la experiencia de miles de proyectos del teatro independiente.

Rubén es un director al frente de un proyecto que ha soñado durante años concretar: poner en escena «La Tempestad», de Shakespeare.

Faltan pocas semanas para el estreno y todo parece venir cuesta abajo: uno de los actores deja el proyecto porque ha aceptado una propuesta comercial, la más alta traición en el teatro independiente: ¿la vocación o el dinero?

Esto genera una gran crisis en el elenco restante, además de un ataque de nervios en el director, quien de por si tiene aires de divo, con tapado de piel y aura de gran artista. Las propuestas de reemplazo del personaje faltante ocasionan toda clase de controversias en las que no faltaran ataques cruzados, prejuicios y ofensas. El clima de malestar es muy poco constructivo y lejos de acelerar la solución acrecienta los problemas. Encima, en la sala de Balvanera, vaga, perdido, el fantasma de Julieta, que anda buscando a su actriz, ajena probablemente al destino trágico que la espera en caso de encontrarla.

La obra muestra de manera graciosa un tema que es controversial en los elencos, aún los más barriales. El ego de los actores, tan necesario para pararse delante de una platea dándole suficiente importancia a lo que tiene que decir como para proclamar: ¡dejen todo lo que estén haciendo y vengan a verme a mí!, es, a la vez, el principal obstáculo al momento de trabajar en grupo, de ajustar la intensidad para que se valorice cada escena, cada palabra, cada gesto, en lo total y no en la performance individual. Permitir el riesgo, la confianza y el lugar que toca cada vez. Llegan a formarse estratos de poder y problemas de cartel en elencos modestos, como si se trataran de grandes producciones cuando finalmente el grueso del público son parientes y amigos, que van más por apoyar a las personas queridas que a apreciar el arte.

La propuesta muestra un escenario con una escenografía precaria, a pulmón, obviamente de manera intencional, en contraste con la grandeza del proyecto. El elenco ofrece actuaciones muy sólidas, en un equilibrio muy fluido y sin desniveles, lo que hace mucho más atractiva la propuesta, cuyo final no deja de tener un mensaje esperanzador.

Ficha

Intérpretes: Anabella Valencia, David Páez, Luciana Procaccini, Mauro Pelle, Mariano Terré, Violeta Ortiz Laski, Macarena Gonzalez, Nicolás Martuccio

Escenografía y Vestuario: Jorgelina Herrero Pons

Iluminación: Eduardo Safigueroa

Dramaturgia: Martín Ortiz

Prensa: Natalia Bocca

Dirección General: Martín Ortiz

Género: Comedia