Y nosotros acá, jugando y pasando el tiempo 

El camino de la memoria apunta hacia un teatrito de luces diminutas, con destellos rojizos y algunos pocos brillos, aunque bien potentes, para hablar de la necesidad, la más grande y grave: la necesidad de combatir el miedo a la muerte. Morir de vacío es exterminio, flagelo cruel y perverso hacía uno mismo.

Ante el inminente desalojo de un teatrito del off casi abandonado ya sea por el tiempo, por la desidia o el olvido, sus fundadores: el Cardenal y sus Popis, como vistosas muñecas fetiches en fiel custodia de las palabras, agotando todos los matices del gesto expresivo para sostener, rebatir o estimular los sentidos, se niegan y se plantan con vehemencia frente a la extinción:

“-No se puede vivir así-” es el grito desesperado que intenta despertar conciencias, para no caer en el abismo de la idiotez o la indiferencia. La pieza explora, en una especie de hiperrealismo de tinte dramático, aunque cargado de humor explosivo, la cuestión salvajemente humana de la decadencia y del deterioro, esa “depresión gris y monocorde”.

Los personajes sacan a la luz lo inconfesable del arte, del amor y de la pedantería del ser porteño.  En una mixtura de calibre existencialista, que reúne anécdotas y fragmentos de los textos que dejó Eduardo Tato Pavlovsky , el público recibe un material volcánico de ásperas verdades. Unas veces con mirada extrañada y desafiante, otras complaciente y alentadora para el cambio, estas criaturas teatrales, se desnudan para hablar de los pánicos de la humanidad: la indiferencia y el olvido. La reescritura es reivindicación y resistencia, es resignificar una y mil veces el impulso para gestionar el cambio.

Un escenario despojado y el vestuario que remite a escenas del vodevil porteño    refuerzan el declamar de los personajes que con precisión locuaz y cierto automatismo hablan del presente desencantado que comparten. Responsable del libro y de la dirección, Christian Forteza acierta en la adaptación de los textos y en la inclusión de más parlamentos para las Popis conformando un todo que fluye como si fuera una única narración. Se refuerza el imaginario del público con la calidad de las actuaciones del elenco.

Ficha

Autoría: Eduardo Tato Pavlovsky

Adaptación: Christian Forteza

Actúan: Raúl Rizzo, Gabriela Perera, Marta Igarza

Vestuario: Mario Pera Ochoa

Diseño de luces: Horacio Novelle

Música: Elena Irene Avena

Fotografía: Sebastián Ochoa

Género: Drama