Rock of ages
Ficha
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Datos de funciones:
Todos los martes a las 21:00
Teatro Maipo – Esmeralda 443 -
Prensa:
Prensa: BMZ
Subirse al tren
La historia comienza con una chica, Sherrie (Micaela Racana), llegando a la ciudad con una valija que contenía algo de ropa, uno cuantos discos y muchos sueños, ni bien desembarca se la roban; en ese momento aparece el… Drew (Federico Coates), quien tratara de ayudarla y en ese mismo instante, harán conexión.
Ella anhela triunfar en el mundo de la actuación, él en la música; ella busca trabajo, el la presenta en el bar que trabaja el Bourbon Room, uno de los más legendarios clubes de rock en Sunset Strip, Hollywood. Es así como se convierte en mesera y sus vidas comienzan a mezclarse.
El Bourbon corre peligro y para salvarlo, Dennis Dupree (Cae) su dueño, secundado por Lonny (Matias Mayer), llevan al mítico Stacee Jaxx (Mariano Zito) para hacer un show y de esta forma ayudar a que el cierre no se efectivice. Del otro (Hernán Kuttel) y su hijo Franz (Marcos Rauch), hacen todo lo posible para explotar ese terreno.
Como copia fiel de la vida, no todo sale como sus protagonistas quieren y sus destinos van hacia rumbos inciertos, no planificados, es así como aparece Justice (Melania Lenoir) en la vida de Sherrie y por otro lado, surgirá un personaje que puede cambiar el rumbo de las cosas casi sin querer, Regina (Lucía Mundstock).
El reloj corre, las historias avanzan, se cruzan, se separan, se unen, se acerca el día D, mucha agua corre bajo el puente y a medida que los hechos se van sucediendo, Lonny se vuelve el narrador de esta historia, rompe la cuarta pared y se vuelve cómplice del público, con quienes se ríe y hace comentarios sobre lo que se va viendo. Igualmente, quien realmente cuenta esta historia es… la música, los 80´ toman la palabra y guían las vidas de todos estos personajes.
Cada uno de los interpretes da lo mejor de sí en escena, excelentes composiciones tanto desde lo vocal como lo actoral, se destacan individualmente y explotan en conjunto, lo que se ve, da cuenta del intenso trabajo de dirección realizado por Pablo Drutman, ya que cada elemento está al servicio del total. La puesta es completamente fluida y dinámica, las relaciones que se van dando son naturales e intensas, la pasión que mueve a los personajes está latente de manera permanente y es palpable, se ve, se siente; desde el escenario se emana una energía particular que llega a la platea. Es innegable la solidez del espectáculo.
Destacables los trabajos individuales. Comenzando por el ensamble, donde hay una innegable potencia, la energía circula con fuerza, cantan, bailan, se desplazan dándole sentido a cada paso; para resaltar el trabajo de Pilar Muerza, quien es ovacionada en el saludo final.
Micaela se pone en la piel de una “naif” Sherrie, acompaña muy bien todos los cambios que esta chica pueblerina va atravesando. Cae y Matias componen una dupla desopilante, en ellos se deposita la cuota más humorística de la historia; Cae juega a actuar y sorprende con el resultado, mientras que Mati sigue demostrando porque se afianza cada vez más en el género.
Mariano por su parte se mueve como pez en el agua, el rock es un género que le calza a la perfección (como ya ha demostrado en otras oportunidades). Lucía le da forma a una vehemente Regina, que no deja de poner el cuerpo y toda su voz en pos de sus creencias. Kuttel se vuelve el personaje más “duro”, al menos eso parece, una gran composición.
Melania… ella es fuerza, emoción, pisada escénica, es de esas actrices que aparecen y se ilumina la escena, le da sentido a todo lo que pasa a su alrededor.
Dos destacados: Marcos y Matias. El primero explota una veta humorística, solventada desde la ternura que posee su personaje, sabe exprimir cada momento en escena, una revelación. Por último Matías, la frutilla del postre, un actor que no para de crecer, se nota que siente lo que está haciendo, con su particular estilo, lleva el termómetro del espectáculo y ese rol le calza perfecto, sin dejar de lado la parte vocal, que es simplemente excelente; si se me permite en lo personal quería ver que hacía con Drew y si bien las expectativas eran altas, fueron superadas.
Pero ¿de qué hablamos? de un musical y ¿qué hay en un musical?…. música y baile, por lo tanto la banda en vivo y las coreos, son parte fundamental. El responsable de los movimientos es Matías Napp, creador de dinámicas e impactantes coreos, destacándose las grupales, logra transmitir desde el cuerpo.
Por su parte la banda en vivo es fundamental y es necesaria, ya que toda la obra se vuelve un concierto, la fuerza y la forma en que suenan los temas, hacen que este espectáculo no pueda funcionar sin ellos en el escenario. Mariano Cantarini (Director musical y guitarra), Martin Lozano (bajo), Jorge Giorno (batería), Urkel (guitarra) y Tomás Horenstein (teclados), no solo tocan con todo el power, sino que se mezclan con el elenco desde el look y la actitud, volviéndose parte de la historia, en el escenario del Bourbon.
Vale hacer mención a la escenografía, que va mostrando los diferentes escenarios con construcciones completamente funcionales y móviles, nos planta en una época y un lugar. Acompañando el vestuario, típico no solo de la época, sino del contexto en el que se dan los hechos. Todo se vuelve una foto de aquellos tiempos.
Una historia de amores, diferentes amores, signada y guiada por la música, contada éxitos de los 80´ por grandes intérpretes. Un espectáculo para vibrar y salir energizado porque la era del rock, es eterna.
Ficha:
Con: FEDERICO COATES – MICAELA RACANA – MATIAS MAYER – CAE – MARIANO ZITO – LUCÍA MUNDSTOCK – HERNÁN KUTTEL- MARCOS RAUCH – MELANIA LENOIR – FEDERICO YERNAZIAN – PILAR MUERZA – ALEJO SALINAS – MERY ARMELLIN – PEPE OCHOA – TALI LUBI – SACHA BERCOVICH
Músicos: Mariano Cantarini (Director musical y guitarra), Martin Lozano (bajo), Jorge Giorno (batería), Urkel (guitarra) y Tomás Horenstein (teclados),
Dirección General: Pablo Drutman
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