No es creíble

No es creíble

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Lo que es o no es

“No es creíble”, es una obra donde el espectador se encuentra en todo momento conectado con el aquí y ahora. Un espacio con sillas es el sitio justo para el desarrollo, ¿que pasara en ese lugar tan limpio, neutral y amorfo?: diferentes personajes que se entrelazan en un devenir constante haciendo que la historia sea parte de un juego infinito donde lo creíble es lo esencial; pero un sinfín de situaciones hace que esa credibilidad pueda tambalear.

El  juego de roles hace que los actores vayan pasando por distintos personajes y todo lo que sucede tome forma para que pueda comprenderse en el momento; el delirio del cual son parte lleva a que la trama sea interesante y no pueda perderse en ningún momento el hilo del espectáculo.

Lo crucial es cuando se produce el cambio de escenas llevando al espectador a entender la misma como un juego constante, las luces rojas que escenifican ese momento, el baile y las intervenciones que realizan los actores por momentos generan un breve quiebre que da paso a lo nuevo.

Los cuatro actores juegan, inventan y se reinventan varias veces.

Sol Caruso con una actuación brillante reflexiona constantemente sobre la vida, el nacimiento y la evolución, lleva el espectáculo con tal naturalidad que por momentos puede sentirse que se está dentro de un programa de televisión donde esa voz narradora hace que se viaje en las historias que cuenta. El enamoramiento y ciertos clichés de la sociedad pueden generar identificación entre los espectadores y la actriz.

Oriana Dangelo es uno de los personajes mejor vestidos de la obra y además de diferenciarse del resto por eso, lo hace también por el léxico y la forma su transmitir, al comenzar parce un poco soberbia haciendo notar la diferencia en sus formas pero después va cambiando y permite ver su caudal actoral.

Manuel Pérez Erramouspe, es quien más versatilidad tiene como actor su trabajo es brillante, mediante los diferentes matices que va realizando a lo largo del espectáculo despierta silencios, risas, aplausos, entre otros que acompañan cada momento. Es el que más color le da a la obra ya que en todas sus personificaciones la diversidad de interpretación está bien marcada; genera un borramiento entre realidad y actuación ya que en algunas intervenciones puede verse como da su propio punto de vista u opinión pero no genera en ningún momento un quiebre en lo que se está viendo.

Julián Yamaguchi es el más grande y con su decir genera calidez entre lo que expresa y como lo hace. Es quien más lleva la convicción de los personajes que realiza y con su picardía al contar despierta ciertas risas en el auditorio; personifica al abuelo de los jóvenes logrando un momento sublime debido al silencio y reflexión interna en la cual el espectador puede tener algún recuerdo de su niñez.

Pero ¿qué es creíble y que no? esta obra de Diego Sebastián Oria es una reflexión constante a si se vive como sujetos en una realidad vívida o inventada, a si lo que se dice es lo que se cree realmente o se dice para poder pertenecer y ser parte de un círculo social, ¿se cree constantemente o a medias? “No es creíble”, es una obra súper recomendable para responder esta  y más preguntas, posiblemente se busque creer para no vivir cuestionando siempre, pero también se debe poder descreer para observar y escuchar desde otro punto de vista cierta realidad.

 

Ficha:

Actores: Sol Caruso, Oriana Dangelo, Julián Yamaguchi, Manuel Pérez Erramouspe

Dirección: Diego Sebastián Oria

Género: Performático

Categorías: Reseñas

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