El tango y las emociones.

Dos mujeres, un burdel y el arte que las une.
Ahí se alojan chicas del interior del país, algunas están de paso, como el personaje de Ivanna Rossi que quiere volverse a su pueblo por sentir que sus sueños se han frustrado, mientras que la madama (Andrea Ghidone), intenta convencerla con lo mejor que sabe hacer, Tango. Entre idas y venidas ambas se van abriendo contando su historia personal y cómo llegaron a Buenos Aires.

La obra, situada temporalmente en el apogeo del tango, recorre la vida y las emociones de las protagonistas, las cuales recurren al baile y al canto para expresarlas. Utilizando las canciones más relevantes del género para explicar situaciones de su vida, como las procesan y que aprendieron de ellas. Demostrando como la gente del pasado se apoyaba en el tango para entender las cosas que le pasaban en la vida.

La escenografía está conformada por una mesita de café, típicas de los bares porteños, un taburete el cual no posee espejo, dejando ver la cara de las actrices cuando se maquillan y un piano de cola que es tocado por Pablo Valle en vivo.
Las luces rojas junto con las cortinas aterciopeladas del mismo color generan una atmosfera de burdel.

En algunos números el bailarín (Leandro Gómez) se encuentra tomando algo ensimismado en sus pensamientos hasta que es obligado a bailar por las chicas solo para que ellas pudieran contar su historia, poniéndolo en una posición poco común dentro del tango, lo que hace que el rol femenino sea predominante en el espectáculo. Esto aporta como alivio cómico, ya que la gestualidad corporal de la “victima” es como si no entendiera lo que estaba pasando.

Con gran talento los integrantes del elenco despliegan todo su arte en pos de embellecer una historia contada a través del género más característico de la ciudad de Buenos Aires.
En “Madame tango” se ve baile, canto y sobre todo amor al tango.

Ficha:
Directora: Andrea Ghidone.
Actuan: Andrea Ghidone, Ivanna Rossi, Leandro Gómez.