Los siete pecados capitales

Los siete pecados capitales

Ficha

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    Prensa: Octavia

 

El viaje feroz de Anna

“Los siete pecados capitales” atacan con abundancia de estímulos al espectador. La voz increíble de Patricia Villanova (Anna I) interpretando el texto de Bertolt Brecht, la expresión corporal en la que se destaca Tamara Rocca en el papel de Anna II; el coro que integran la madre, el padre y los hermanos; las artes plásticas de las máscaras y la escenografía, ensamblada con las luces; y la música en vivo, a dos pianos, hacen a una obra completa, deslumbrante. Papeles atrevidos les corresponden también a los dos amantes de Anna I y Anna II, elevando el nivel de erotismo que de por sí tiene el texto de esta ópera.

Dos hermanas, o una sola mujer desdoblada: la autoritaria y la soñadora, o la mercenaria y la mercancía, inician un viaje por siete ciudades, en siete años. En cada ciudad encuentran-cometen un pecado capital y, a medida que avanzan, cada una de ellas se descubre un poco más hasta volver quizás más pobres que antes de salir, quizás más tristes, quizás más sucias… al mismo lugar, con su familia, que en parte se regocijó con el desprecio de ambas o las empujó a ello, a fin de construir una casa.

La pereza, la ira, el orgullo, la gula, la lujuria, la vanidad y la envidia se entremezclan y se fagocitan en los 45 minutos que dura la obra. Teatro y cabaret, ópera clásica y sátira grosera, se unen para construir el mensaje principal: la sociedad que busca enriquecerse y termina empobrecida.

Para destacar, el gran trabajo en equipo de las personas en el escenario y fuera de él, más de treinta. Muy buena la disposición del lugar, donde el público sentado en círculo puede sentirse parte de la escena. Una dificultad: con tanto para ver, al espectador le puede costar leer la proyección del texto traducido del francés.

Categorías: Reseñas

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