Hasta que el mandato termine

Tres mujeres, una madre y sus dos hijas, conviven en un espacio donde la paranoia y la sensibilidad se entrelazan. Un lugar en donde sucumbe el malestar tras un resultado electoral desfavorable que las atormenta. Una casa, un cuarto que funciona como refugio de un exterior vertiginoso e inestable.

Los cuartos oscuros es una comedia negra que propone un dialogo particular entre una realidad evidente a nivel sociopolítico y económico, y una dramaturgia que parte de la necesidad ágil y audaz de dialogar y reflexionar con un otro, mientras que se expurgan las angustias y se exploran las formas.

La clave en la obra está en el manejo del humor, ácido y ocurrente, pero fresco y consecuente. En la problematización del tema, la violencia como eje central, aparecen los modos en los que se presenta, en los discursos de poder, en los medios, pero también, y en particular, en la manera de comunicarnos con un otro.

En este sentido, la puesta se pone en función de la narrativa y se crea un refugio, un espacio seguro ante la agresividad del exterior que las convoca, un “cuarto oscuro” simbólico y metafórico al que deciden enfrentarse y adaptarse, en tanto miedos y contradicciones generadas por el propio auto encierro en su frágil hogar.

La puesta en escena es notable, hay una cálida y minuciosa dirección de Roxana Berco en los diferentes elementos escénicos. Principalmente cabe desatacar la escenografía, el armado visual de este espacio en el que conviven las protagonistas. Es agradable el diseño y el armado de la utilería de acción, funcional, sencillo, pero por sobre todo narrativo. Empieza de una forma y termina en otra, al principio había un par de elementos semejantes a un living y al final termina en un cumulo dramático de cajas de diferentes tamaños ocupando el escenario. De esta misma manera y con el mismo impacto visual sucede a nivel narrativo, sonoro e incluso actoral, hay un clima de tensión al principio que se exacerba a medida que la obra avanza. Hay un ritmo particular, una dinámica sumamente trabajada entre los personajes, una actuación destacada y hábilmente realizada de manera particular y vincular, para con la historia en sí, todo fluye escénicamente mientras todo influye dramáticamente.

La puesta de luces es otro gran eslabón, genera clima, hay una división clara en las puestas y en el tratamiento que se realiza para los personajes, para lograr este absurdo porteño que esboza la realidad y proporciona un acercamiento hacia la historia, pero hacia particularmente la reflexión.

Los cuartos oscuros se presenta como una obra que se desata entre la intimidad de las reflexiones personales y el delirio colectivo, de un guion que va y viene en los giros dramáticos y propone matices que permiten un equilibrio armónico entre el humor, la sensibilidad, la sutileza, y por sobre todo el absurdo que hace propio al tono cómico del género que se representa.

Ficha

Elenco: Lili Popovich, María Valiente, Pía Fonseca, Horacio Banega Escenografía: Marcelo Valiente

Asistencia de escenografía: Laura Spampinato Vestuario: Marcelo Valiente, Laura Spampinato

Diseño sonoro: Carmen Baliero, Manuel Brener y María Valiente Diseño de iluminación: Gonzalo Calcagno

Fotografía: Marcela Russarabian Diseño gráfico: Andrea Boass Comunicación y prensa: Mutuverría PR Asistencia de dirección: Manuel Brener Dramaturgia y Dirección: Roxana Berco