Y la nave va

Buenos Aires, Año 1920, un viaje en barco de dos meses atreves del océano, su minuciosa y compleja preparación y de su posterior desarrollo en alta mar.

Un viaje a Europa, uno de tantos, de una familia aristócrata argentina y de las personas que trabajan para ellos, sus sirvientes, en uno de los transatlánticos más lujosos del mundo, el Conte Biancamano, una nave excéntrica que lleva a flote un montaje surrealista donde conviven piletas de natación y canchas de tenis con vacas y gallinas, mármoles de Carrara con bosta de ganado y de fondo Gardel cantando.

En esta travesía los personajes describen su cotidianidad, sus trabajos, ocios, sueños y aspiraciones, obligaciones y responsabilidades, donde todos tienen una perspectiva de futuro, algunos grandilocuentes, otros mucho más llanas, donde todos muestran sus más o menos ocultos deseos de pertenencia.

La descripción de esta cotidianidad y aspiraciones es también la de una época del país y del mundo y su forma de organización social y económica, la de su pasado y como inevitable consecuencia, su presente.

En la cuerda floja

La puesta en escena reconstruye fielmente la época en su escenografía y vestuario, trabajados en gran detalle, cuidando el sentido de cada uno de los objetos utilizados.

Cada uno de los personajes tienen formas distintivas y reconocibles, y tiene el complejo trabajo de representar, sin caer en estereotipos, las características de un grupo social determinado.

Logrando en su síntesis una construcción heterogénea de la sociedad de la época.

La vaca atada plantea de forma extremadamente poética, por momentos casi onírica, una serie de preguntas, acerca de la construcción de la sociedad Argentina, del país, de que fue de ese pasado y como devino en presente, de la repetición de la historia y las posibilidades de construir algo distinto, o no. Una hipótesis que al ser construida sobre esta sociedad que navega hacia algún destino lejano, expande sus posibles reconstrucciones, una obra que tiene la virtud de abrir interrogantes muy concretos y la gracia de no deslizar ninguna respuesta.

 

 

Ficha

Elenco: Fito Yannelli, Silvina Quintanilla, Milagros Almeida, Julieta Raponi y Miguel Ale Granado

Arte: Miguel  Ale Granado / Asistencia de dirección: Rodrigo Barrionuevo / Puesta de luces:  Eli Sirli / Fotografía: Silvana Galdy / Diseño Gráfico: Seedy González Paz/  Prensa: Paula Simkin

Dirección: Helena Tritek

 

Genero: Drama