Un hombre y su piano

La figura humilde del uruguayo es antecedida por su reputación, la que irrumpe con él al entrar a escena. Estalla el aplauso cómplice, mientras que el apocado personaje se sienta al piano, único compañero suyo en el escenario. Su excusa es la presentación de su nuevo disco, Cine Mudo, pero lo que sigue es un recital de dos partes que repasa viejos y nuevos éxitos.

La división en dos partes es casi anecdótica: una parte de piano solo y otra acompañándose con su voz. Con títulos de metáforas amenas, el artista exhibe su destreza pianística con afiatados jeites armonizados en dulces melodías. Nombres como “Alegría y juventud” o “Contrapunto”, asistimos a nobles interpretaciones pianísticas, de a momentos prolongadas, y otros, casi instantáneas. En esos cortes, Masliah entrelaza unas simples palabras, muletillas “este…” mediante, que siembran carcajadas entre los espectadores. Apenas se propone ser gracioso, se trata de la cercanía y cariño que ha sabido cosechar en su trayectoria.

La segunda parte del recital sí destaca un poco más el elegante humor del charrúa. Anécdotas, poemas ridículos, prosa autóctona se transforman en suaves narraciones cantadas, con un acompañamiento no menos complejo que el de la primera parte de recital. Sus intervenciones habladas entre temas reconstruyen un poco la cocina de estos, el origen de sus homenajes escondidos, el encargo que precede a la creación, etc. El resultado es el de una noche sumamente íntima, lejos de todo artificio, a la cual pareciéramos asistir en un living hogareño junto con un queridísimo pariente que no deja de alegrarnos con sus vivencias, reinterpretadas por las teclas.

Es difícil no caer en los lugares comunes cuando un artista ya posee el cariño de su público, pero el trabajo de Masliah, dada su notable trayectoria, invita tanto a los fanáticos de siempre como a los que nos sumamos a sus filas a disfrutar de un sencillo y encantador espectáculo, donde la personalidad afable se combina con la música, centro indiscutido del show, y entretiene como inocencia e ingenio. Magia pura.