Largo viaje de un día hacia la noche

Largo viaje de un día hacia la noche

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Puertas adentro

Hay ciertos elementos que vaya a saber porqué, hacen que una obra sea desde el vamos, atractiva para el público (aún sin saber mucho de ella), por ejemplo una autobiografía, una obra póstuma, o que el autor sea uno de los pioneros en el género conocido como “realismo dramático”, le suman una cuota de misterio y ¿por qué no? otra de amarillismo, el mismo que lleva a las personas a comprar revistas “de famosos” o mirar programas de chimentos.

En este caso se suman los tres elementos, siendo que “Largo viaje de un día hacia la noche” plasma un día en la vida de su autor, Eugene O’ Neill, en la casa de verano con sus padres y hermano mayor. Una particularidad es que él solicitó que la obra no se publique hasta 25 años después de su muerte, cosa que en parte se cumplió, porque si bien fue póstuma, sólo pasaron tres años hasta que vio la luz.

La fastuosa casa de los Tyrone, montada en el maravilloso escenario de la sala Casacuberta, espacios amplios, colores claros y ventanales infinitos, una escalera majestuosa centraliza las líneas de la puesta escenográfica; se suman algunas mesas y sillones, además de elegantes lámparas y arañas, algunas bibliotecas por detrás y cortinas de terciopelo.

Todo grita “dinero y status” o al menos eso es lo que sus habitantes pretenden y acompañan con atuendos elegantes, también de color claro, sombreros y tiradores completan el look de ellos y ella siempre está de punta en blanco… literalmente.

Una familia de artistas que vuelve a convivir después de un largo tiempo y todos sus integrantes tienen mucho por decir, hay demasiadas cosas que acarrean desde hace años, pelean por salir a la luz, pero se contienen para no confrontar, para mantener las formas y para hace de cuenta que aquellas cosas que socavan sus espíritus, nunca ocurrieron.

Claro que hay temas que a pesar de estar enraizados en los cimientos familiares y de alguna manera extraña mantenerlos en pie, aunque más no sea por el esfuerzo que   hacen por ignorarlos, en algún momento crecen tanto que les es inevitable romper la superficie y estallar.

La convivencia con cada hora que pasa se hace más difícil, el aire pareciera volverse más espeso y cada uno lo enfrenta como puede, con alcohol, con falso humor, sublimando a través del arte y algunas cosas más… ellos hacen lo que pueden.

Más allá del talento individual que es innegable, ver a Arturo Puig y Selva Alemán juntos en escena, construyendo en conjunto a este complejo matrimonio, es un lujo que todos los amantes del teatro deberían disfrutar.

Se potencian, se complementan, le aportan mayor emotividad a esta pareja en la que cada integrante se resquebraja por dentro y luchan con una tensión interna que los obliga a debatirse a cada momento como continuar para no derrumbarse y que todo lo que construyeron con el paso de los años se caiga con ellos.

Junto a ellos están Diego Gentile en el rol del hijo mayor y Lautaro Delgado Tymruk quien se pone en la piel de Edmund (quién representa al autor). Estos hermanos se lucen, con personajes tan opuestos como similares, que tratan de despegarse pero en el fondo son muy parecidos. Ambos hacen puntillosas interpretaciones, van creciendo a medida que avanza la obra. Los cuatro juntos se potencian y potencian el conflicto.

Acompaña Julia Gárriz como la empleada de la familia, quien ayuda a descomprimir algunas situaciones, aportando una cuota de humor.

Una obra compleja, un texto que parece una tela raída, donde tirando de una puntita, comienza a deshilacharse, una historia en la que el conflicto va decantando gradualmente, cada cosa le da paso a lo que sigue con solidez y coherencia interna.

Un gran trabajo de Luciano Suardi, su director, quien logra que estos 110 minutos de teatro que es parte de los nuevos clásicos, se vea como algo mucho más actual y cercano.

Los personajes se quejan de la niebla que rodea esa casa cercana al puerto, generando incomodidad y resquemor, al igual que la insoportable sirena del faro que se aturde, pero quizá estos elementos ajenos a ellos, simplemente representan todo aquello que los incomoda y no les permite ver y escuchar lo que realmente pasa allí.

Un día con tanta intensidad y profundidad, que llega a emparentarse con todo un viaje.

Ficha:

Con: Arturo Puig, Selva Alemán, Lautaro Delgado Tymruk, Diego Gentile y Julia Gárriz

Dirección: Luciano Suardi

Género: drama

Categorías: Reseñas

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