La tiendita del horror
Ficha
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Datos de funciones:
En cartelera
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Prensa:
Varas Otero
El sarcástico musical que no se marchita
La diversidad de la cartelera porteña es francamente asombrosa. Ella acomoda piezas de todos los rincones del mundo, de las más curiosas naturalezas y estilos. Entre ellas, La tiendita del horror, el musical que consagró a los míticos Howard Ashman y Alan Menken, encuentra su brillante versión argentina con una esperadísima reposición entre fanáticos de la escena musical, bajo la dirección de Axel Jeannot.
La obra recuerda las desventuras de una serie de desplazados del Nueva York de los ochenta. Los habitantes del marginal barrio Skid Row, donde el olvido de las instituciones es total, son una serie de personajes patéticos pero determinados a salir adelante, con sueños más o menos ambiciosos. Seymour (Fede Couts) es un geek botánico que crea en la esclavizante florería para la que trabaja a Audrey II, una planta carnívora que es a la vez garante de su éxito y amenaza del mismo. Una metáfora con mucho potencial simbólico bajo su paraguas, su nombre homenajea a Audrey (Luli Chouhy) *, la otra empleada del local de flores, una mujer violentada tratando de salir adelante y el interés romántico de Seymour. Los giros de la trama son vertiginosos, por lo que vale la pena asistir al show sin conocerlos.
El eje central de la puesta y la historia es la tiendita que da nombre al espectáculo. La sobria escenografía pone al local al centro de las tablas, con un afuera marcado por la precariedad de Skid Row. Una escenografía alternativa que cubre la tiendita ocasionalmente permite extender el espacio según la trama lo amerite y dar aire a Audrey II, la verdadera vedette de la obra. La evolución de la planta es un trabajo majestuoso arte de los títeres que brilla en esta obra.
La sardónica adaptación de Ashman cobra nueva vida cuarenta años después, en manos autóctonas de Jimena Chouhy, con sus dotes irónicos intactos. El respeto por la naturaleza neoyorquina del original haya un fresco aire de humor porteño mediante inserts inteligentes que le calza perfecto. En la escala musical, La tiendita combina una puesta sencilla y a la vez compleja. Sencilla, pues basta solo una decena de actores para reponerla. Compleja, porque el talento de los mismos desborda la platea, entre carcajadas de festejo de viejos y nuevos asistentes. Como si de un ritual se tratara, cada número es celebrado por un público cómplice, demostrando lo intacto de las composiciones del dúo Menken/Ashman a ritmo de rock a través de las décadas. Por supuesto, las magistrales canciones logran su cometido gracias al histrionismo y audacia vocal de todos y cada uno de los intérpretes, un equilibrio maravilloso entre destacarse sin ocluir a sus coestrellas.
¿Quién hubiera dicho que un musical off del Nueva York de los ochentas tendría la vigencia que tiene en rutilante calle Corrientes el día de hoy? Grandes y chicos llenan una platea ávida de un humor sagaz y sarcástico, con personajes que transitan el amor y el odio con sagaz soltura y perfecto ritmo. La actualidad de La tiendita del horror se explica por el talento interpretativo y un mensaje absolutamente vital.
*La función a la que esta reseña corresponde contó con la inolvidable participación de Romina Ruiz en el papel de Audrey.
Ficha:
Intérpretes: Fede Couts, Luli Chouhy, Mike Chouhy, Iñaki Agustín, Paula Chouhy, Juana Silveyra, Belén Bilbao, Juan Denari, Máximo Pérez Artusi
Director general: Axel Jeannot
Director musical: Mariano Barreiro
Artistas invitados: Romina Ruiz, Bruno Coccia, Marcos Rauch
Género: Musical #Comedia
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