La fiesta de los Marrapodi

El teatro argentino posee una historia rica en géneros cosmopolitas que convergen en una tradición sólida y variada. Quienes la conocen pueden dar cuenta de su diversidad, su recorrido y su riqueza. Sin embargo, los Macocos, estos afables payasos de humor ingenioso con 30 años de trayectoria, no solo han podido exponer dicho valor del teatro sino que además han sabido explotar su lado cómico en su ya consagrada La fabulosa historia de los inolvidables Marrapodi, el relato sobre una familia de artistas trashumantes cuya inscripción en la historia del teatro se ve constantemente coartada por desgracias igual de hilarantes.

La premisa es tan sencilla como efectiva, cuenta las desventuras de esta familia de artistas que van adaptando una pieza teatral a los distintos géneros del teatro, partiendo del siglo XVII para terminar en el teatro de revista. Zarzuelas, Sainetes y hasta realismo argentino son reinterpretados como Casablanca, Salazar, Wolf y Xicarts con impecable timing histriónico. Al encarnar todos los papeles, desfilan tangueros, vedettes, gauchos y demás personajes compuestos con numerosos recursos humorísticos. Es quizás una de sus más admirables proezas la de sacarle todo el jugo a cada centímetro del texto al potenciarlo con humor visual, juegos de palabra, complicidad con el público y hasta momentos musicales (composición original del quién si no el maestro Jorge Maronna). Por lo tanto, la necesidad de escenografía es prácticamente nula, aunque algunos recursos como luces, elementos propios de cada cuadro y demás yerbas son utilizados principalmente como refuerzo, puesto que los actores logran evocar en cada cuadro la esencia del teatro al que parodian con intachable calidad. Cabe destacar, además, un excelente trabajo de vestuario, quizás la verdadera escenografía viva de la obra.

La historia de los Marrapodi es probablemente uno de los puntos más altos de Los Macocos. Al asistir a ella, se entiende perfectamente el porqué; de su representación emana un profundo cariño por el teatro, tanto en el texto como en las actuaciones. La vigencia del guion es innegable y su puesta en escena se potencia por la complicidad de cuatro talentos que saben complementarse entre sí. La soltura con la que ellos declaman el texto sea este una poesía gauchesca o chistes chabacanos, da cuenta no solo de la propia trayectoria de la obra sino de la naturalidad con la que la compañía puede interpretarla, capitalizando incluso las tentadas de los propios protagonistas para cada uno de los cuadros. Es también señal de su vigencia la capacidad de alternar entre humor inteligente y el soez bien contextualizado, logrando que funcionen hasta los chistes más “viejos” o cuestionables en los tiempos que corren. Ello da cuenta de qué el humor bien hecho sabe jugar con los límites si sus intenciones van más allá de provocar las carcajadas.

Como dicen los saberes populares, un clásico se explica por sí mismo. Los Macocos son una fiesta teatral, una expresión de lo más pura de nuestro teatro y del ingenio argentino.

Ficha:

Actores: Daniel Casablanca, Martín Salazar, Gabriel Wolf, Marcelo Xicarts

Director: Javier Rama