La chica de la lámpara

La chica de la lámpara

Ficha

  • Datos de funciones:

    Info de las funciones, en nuestra cartelera

  • Prensa:

    Daniel Franco

  • Entradas:

    2 minutos de tiempo de lectura.

 

Ese objeto de deseo

Alba (Antonella Jaime) tiene su deseo puesto en un objetivo muy claro: ocupar el puesto que pronto quedara vacante y convertirse en la nueva encargada y directora artística de la galería de arte en la que incansablemente trabaja. En este futuro idealmente diseñado, su lugar en la galería lo ocupará Lidia (Leidy Gómez Roldá) una joven extranjera y encantadora, con mucha menos experiencia que ella, pero muy dispuesta a tomar nuevas responsabilidades. En un lugar menos claro está Mauricio (Juan Manuel Barrera) pareja de Alba, que hace algunos trabajos en la misma galería. Él sueña, apasionado, con ser un artista famoso, revolucionario y comprometido. A este trío se suma Gema (Carolina Babich) hermana de Alba, que llega al país desde Japón, donde vive y desarrolla con éxito su carrera en una sofisticada galería de arte. Vuelve junto a su hermana para cerrar algunos asuntos legales tras la muerte de la madre.

En este contexto llega inesperado el embarazo de Alba. Lo que sucede a partir de acá, con Alba y su embarazo, la aproximación de la feria Nacional de arte, las disparatadas propuestas artísticas de Mauricio, la ambición y capacidad de Lidia y como que la nueva circunstancia reformula la relación entre hermanas, es lo que cuenta y utiliza La chica de la lámpara para exponer temas controvertidos y profundamente universales, pero muy poco discutidos.

La puesta en escena está armada con un mueble, objeto polifuncional, proyecciones de video y muy poco más. Con esto alcanza para representar los espacios que pide la obra: una galería de arte, un centro de salud y una casa familiar. El vestuario es contemporáneo, refuerza los condicionamientos y costumbres sociales y el deseo o su falta en cada personaje. Las proyecciones se cruzan, inevitablemente, con los elementos de la iluminación, dificultando por momentos la construcción clara de algunos espacios. Las actuaciones son muy homogéneas y comprometidas; cada intérprete construye e interpreta al personaje con detalles que los vuelven convincentes y definidos.

La chica de la lámpara resulta una obra abierta, que trata temas ineludibles, que sugiere algunas respuestas, pero que deja en claro su intención de interpelar y cuestionar no como objetivo, sino como medio. Una obra que tiene el encanto de permanecer más allá de la función, multiplicando sus sentidos.

Ficha:

Dramaturgia: Marta Aran

Dirección: Manuel Vignau

Elenco: Antonella Jaime, Carolina Babich, Juan Manuel Barrera y Leidy Gómez Roldá

Producción: Lana Mejía, Leidy Gómez Roldán y Manuel Vignau

Vestuario: Soledad Cancela

Diseño de escenografía: Lila Caramagna

Técnica en mapping: Marcela Roa Acuña

Asistencia en diseño de imágenes: Cecilia Palavecino

Diseño de Iluminación: Marcela Roa Acuña

Realización: Dalmiro Rebolledo-Cecilia Palavecino

Redes sociales: Octavio Aita

Prensa: Daniel Franco

Imágen y diseño gráfico: Belén Bongioanni

Fotografía: Nicolás Ortiz de Elguea

Género:

Drama

Categorías: Reseñas

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