La guerra en un tablero

El patriarca de la familia, campeón de ajedrez, muere repentinamente y cada uno de sus herederos elaborará un plan para intentar quedarse con todo. Un juego de estrategias donde cada uno intenta doblegar la voluntad del otro. ¿Quién y cómo logrará quedarse con la casa en la que viven?. ¿Es la justicia igual para todos? Una frágil confabulación de voluntades, una disputa que no admite transigencias, todo será, de ahora en más, o blanco o negro.

Un espacio vacío, dónde hay un intrigante hombre acomodando bolsas y papeles viejos desparramados por todos lados. Poco a poco, como en una pensada jugada, se van descubriendo los elementos del lugar, tanto cosas como personas irán apareciendo jugada tras jugada. Todo se viste de tablero, todo es blanco y negro.

Quien circulaba por la casa es Manuel (Ever Reyes), el retraído hijo del difunto, quién vivió a su sombra y vive en esa casa, por la que ahora todos lucharán.

Gabriela, su novia (Débora Andolfatti) entra en escena con su ropa ensangrentada y totalmente exaltada a causa de un crimen que supuestamente habría cometido.

Desde un lugar inesperado aparece en escena Maria (Silvia Talatinian) la tía de Manuel, quien viene a reclamar la herencia en disputa. Lo mismo ocurre con Sánchez (Cristian Claros) el amante de María.

Más adelante se presentará la vecina y posible compradora de los bienes de la herencia (Myriam Cáceres)

Cada personaje tiene su propia característica bien definida, que funciona como contrapunto entre todos los otros y acompaña la logica del planteo binario blanco/ negro, como ejemplo: Gabriela, una mujer histriónica y desbocada, o Maria, un personaje especulador, que oculta mucho más de lo que muestra.

La obra está trabajada en ritmo de comedia, con dinamismo en los cuerpos y en el texto.

Los personajes se trabarán en una lucha permanente, cada uno con su estrategia, para tomar la mayor parte de la herencia.

Jaque en Cinco es una obra que utiliza el absurdo como lógica; la dirección, la puesta y los actores construyen una lógica del absurdo que les permitirá salir y entrar de escena y hacer aparecer objetos de manera poco convencional, resignificar elementos cotidianos convirtiéndolos en cualquier otra cosa. La cercanía del público funciona para generar una sensación de intimidad que refuerzan los actores con sus gestos y miradas.

Un espectáculo que invita a reflexionar sensatamente, pero también  a recordar que todos pueden jugar.

Ficha

Actúan: Débora Andolfatti , Myriam Cáceres, Cristian Claros, Ever Reyes, Silvia Talatinian

Dirección: Ariel Boiola

Género: comedia dramática