Instalaciones dramáticas para una poesía

Instalaciones dramáticas para una poesía

Ficha

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Una caricia, un poco de ternura

Un cadáver exquisito de poetas argentinos de todos los tiempos se fusiona para hacerle frente a una vida que propone demasiada literalidad. En un mundo acelerado donde prima el caos, el individualismo y la repetición tacita de discursos, un acto de resistencia.

Instalaciones dramáticas para una poesía es una obra performática y multidisciplinar que aborda la poesía, el teatro y la instalación de forma tal que en su mixtura logran construir una experiencia sensorial única. Se articula el lenguaje teatral como el lenguaje poético en un dispositivo vanguardista como lo es la instalación escénica, un soporte espacio-temporal en donde conviven de forma singular, la forma, los materiales, y el contenido. De esta forma, ya no es una simple contemplación estética, sino que, además se propone un recorrido de la puesta, en donde se explora la construcción representativa de los elementos que forman parte de la obra.

Una combinación entre lo onírico y lo real, entre lo plástico de la materialidad y lo sensible de los textos poéticos. Una construcción sólida, no lineal, pero completamente narrativa en cuento a coherencia y cohesión argumental, hay una búsqueda estética y política en el abordaje de esta obra, al combinar temas como el amor, la muerte, la lucha, la injusticia, el amor, entre tantos otros que se analizan en la escena.

El público se adentra en una experiencia intimista, que apela a la identificación a través de las ficciones propias, en tanto recuerdos y experiencias, de la decodificación de cada texto y en la obra en su totalidad.

La evocación a la poesía permite en este caso indagar también en la forma en la que va a ser expuesta, en esta obra los poemas son recitados, cantados, interpretados, y por sobre todo sentidos. En la profundidad de la escucha, y la contemplación, aparece el teatro en su máxima expresión, con las cálidas y admirables interpretaciones de las actrices, que desde el minúsculo accionar, íntimo y amoroso, envuelven a la sala de ternura, y emoción. Un abrazo a la experiencia escénica, al arte.

La escenografía es parte fundamental del entramado de la puesta en escena, hay una fragmentación y traslucidez que dialoga perfectamente con la forma poética de la obra, en cuanto recorte y lectura a contrapelo, de la interpretación entre capas de sentido de cada texto. Multiplicidad de texturas, en lo que se ve, lo que se muestra, lo que se analiza, lo que se escucha, lo que se percibe, lo que se toca, y todo lo que no, también.

La dirección de Sol Pavéz, también dramaturga de Instalaciones dramáticas para una poesía realiza un minucioso y agradable trabajo en la experiencia inversiva visual y sonoramente, en la sensorialidad, en lo vivido, en lo intangible y en lo tangible. Logra consolidar un discurso que se expande en el tiempo, presente y futuro dialogando con memoria en el pasado, y también en el espacio, en el dispositivo escénico, en la materialidad y en la forma, y en la transmutación de todo aquello, en algo perdurable y transmisible a la sociedad. Esta obra invita a resistir, expandir ternura y vivenciar el arte en sus múltiples formas.

Ficha

Elenco: Natalia Casielles, Mariángeles Bonello, Micaela Cortina y María Vives.

Dramaturgia y Dirección: Sol Pavéz

Género: Performático

Categorías: Reseñas

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