Mis amigos, mi familia

Antonio un joven con Síndrome de Down se entera que recibirá una herencia millonaria después de que su madre, con la que vivía en una habitación de un club de barrio, fallece.  Un abogado recién llegado de España intenta aprovecharse de la situación para saldar sus deudas, pero ambos, casualmente quedan desalojados. Afortunadamente, en la búsqueda de dónde pasar la noche, encuentran una pensión, atendida por Lucia, que cálidamente los hospeda unos días.

Hermandos es una comedia dramática que habla del amor y la amistad, de la familia heredada y la familia elegida. Una película atravesada por la identidad y por la cultura, lo barrial, el tango y la música.

Con un estilo visual y sonoro que se ancla en las costumbres de Buenos Aires, lugar en el que se desarrolla, la historia se presupone como motor fundamental para la totalidad del largometraje. Los tres personajes se encuentran de cierta manera desamparados y en medio de dilemas personales, y las pequeñas y accidentales circunstancias inesperadas de la vida los llevan a unirse de manera empática y amistosa, casi fraternal en un punto, en una pensión que tenía todas de perder, hasta la llegada excepcional de los protagonistas, que logran transformar ese espacio en un hogar. Además de que los conflictos, parecen resolverse gracias a la unión y el fuerte vínculo afectuoso que establecen a lo largo de la trama.

La importancia de los lazos familiares, en este caso, se construyen simbólicamente, a partir los gestos de los personajes y en sus diálogos, pequeños y sutiles momentos que generan ternura y afecto por la historia. En este sentido, los recursos audiovisuales acompañan tal decisión dramática y narrativa desde el color hasta el sonido.

La cámara se centra en los protagonistas, y su relación con el medio, su contexto. No es menor la decisión de planos fijos y centrados en una suerte de semejanza con el punto de vista teatral, en donde lo que se prioriza es justamente la información que deviene de la imagen, el personaje, lo que dice, y lo que hace, en un espacio y tiempo.

Si bien este tipo de recurso acompaña la trama, la enmarca, la moldea, desde lo más sencillo, se queda a medias con los recursos propios del cine. La cámara muestra, no cuenta, no construye ni amplias líneas de sentido más allá del guion.

Desde el sonido sucede algo similar, si bien la música es parte fundamental de la trama, no hay una construcción sonora más allá de ello. El tango y por consiguiente la música, se hace presente en los momentos de baile y los anclajes a Buenos Aires marcando las diferencias culturales con ciertos personajes de la película.

Si bien la película logra condensar un mensaje positivo, acerca de los vínculos y los lazos familiares, el montaje, se basa en una yuxtaposición de secuencias que expone fallas en el armado de sentido. Desde las transiciones, hasta los elementos propios del recurso, la utilización del tiempo dramático y los flashbacks.

De todas formas, Hermanados acierta en la decisión del tema y la elección de sus personajes, que más allá de la actuación generan cierto guiño de empatía para con el espectador. Así es como la hora y media que dura la película se sobrelleva en el aprendizaje de sus protagonistas y su sentido de pertenencia no solo para con lo heredado sino también con lo elegido. En este caso, hermanos, familia.

 

Ficha

Guion y Dirección: SEBASTIÁN SUÁREZ – DIEGO MOREL

Dirección de Fotografía: FERNANDO MARTICORENA

Dirección de Arte: CAROLINA LOZADA

Vestuario: JIMENA LABRAÑA

Edición: DIEGO MALLO

Música Original: MICAELA CARBALLO

Producción Artística: DIEGO TOPA

Producción Ejecutiva: JORGELINA LOGIUOCO

Producción General: SEBASTIÁN SUÁREZ