Hay que tirar las vacas por el barranco.TABA

Hay que tirar las vacas por el barranco.TABA

Ficha

  • Prensa:

    Marisol Cambre

 

La enfermedad como una máscara, la otra cara de la vida

Desde Venezuela llega a TABA (Festival de Temporada Alta en Buenos Aires) la compañía de teatro “La caja de fósforos” con “Hay que tirar las vacas por el barranco” obra inspirada en el libro “Voces del laberinto, historias reales sobre la esquizofrenia” de Richard Luis Garzón. La obra hace un recorrido por cinco monólogos sobre historias de familiares y pacientes con dicho trastorno, allí los personajes nos van a contar sobre el proceso de la enfermedad, los tratamientos, los delirios y esa dificultad de poder separar las alucinaciones de la realidad incluso de la cura o la muerte.

En el escenario se despliega una escenografía simple casi desnuda que no cuenta demasiado ni necesita hacerlo, dos micrófonos, una mesa y una silla. Música: No hay (más que la de sus voces). Vestuario: Ordinario. Desde la mejor interpretación de la palabra.

Personas comunes y corrientes contando su historia de vida, amor y enfermedad. Nada más y nada menos que el arte de la simpleza y la sabiduría de que para impactar solo hace falta hacer buen teatro.

Cada monólogo lleva consigo un peso que solo da lo verídico, sujetos que han vivido y luego contado su historia ya sea como pacientes o allegados, es lo que nos van a contar los intérpretes, aunque si bien el libro de Garzón fue adaptado para teatro, los actores trabajan con el silencio, es decir, con las pausas reales que aparecen cuando nos cuesta mucho decir algo por que nos duele y porque eso también habla de lo que somos. El trabajo corporal queda contenido en un espacio pequeño. Los gestos del rostro, pequeños movimientos de las manos, un temblor de piernas o una manera agitada de respirar era otra forma de comunicación no verbal que fue de la mano con el discurso, y así cargado de realismo hacían parte a los espectadores de sus intimidades y demonios.

El elenco funciona como piezas que encajan perfectamente en un devenir del relato sencillo y profundo. Cabe destacar la espectacular presencia en escena de Orlando Arocha (Director y Guionista) haciendo de psiquiatra e invitando a cada uno de los monologuistas a pasar al frente. Hace un excelente papel desde el silencio y las miradas compasivas y de contención hacia sus pacientes cuando ellos desde la desesperación lo miran reconociendo la ayuda.

En síntesis la obra esta colmada de humanidad, de los sinsabores de la vida, los pasajes de la locura, la impotencia enlatada y porque no como otra  máscara de la vida.

Y sin más logra sin vueltas enroscadas desmitificar la esquizofrenia.

Ficha:

Con: Ricardo Nortier – Diana Volpe –  Gretel Stuick- Hayde Faverola- Rafael Cruz

Dirección: Orlando Arocha

Categorías: Reseñas

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