Tejiendo sueños

Corría la década del ´90, en un pueblito cercano a Rosario, en el interior de la provincia de Santa Fé, un niño llamado Guido, junto con su abuela Ruth compartían tardes frente al televisor, entre meriendas, tareas domésticas, tejidos y demás quehaceres, disfrutando con las estrellas del espectáculo de los programas más reconocidos de la época.

Por ese entonces Guido soñaba e imaginaba en un futuro poder pertenecer al mundo artístico. Sus juegos favoritos no eran los de cualquier niño de su edad. Un día jugaba a ser conductor de televisión, otro a ser movilero, otro a ser el protagonista de una telenovela, otro a dar un discurso luego de haber ganado un premio, en fin, la mayoría de sus juegos tenían que ver con reproducir lo que observaba en los medios de comunicación y en el teatro. Ese tipo de juegos eran monitoreados atentamente por su abuela que celebraba cada una de sus ocurrencias y que con el correr del tiempo, al darse cuenta de que el niño tenía mucha facilidad para lo expresivo, lo incentivó para que empiece a tomar clases de teatro y comedia musical.

Allí comienza a tejerse la carrera artística de Guido Záffora, quién siendo un artista multifacético, aún hoy no sabe bien como definirse, ya que, habiéndose formado en diferentes disciplinas, dice de sí mismo que es medio actor, medio bailarín, medio cantante, medio periodista, medio conductor televisivo, medio panelista, entre otras cosas. Por eso se define, apelando a un juego de palabras, como un artista del “medio”.

En este unipersonal, Guido despliega todas sus dotes de showman, su desparpajo y su magnetismo con el “ángel” que lo caracteriza. Durante más de una hora abre su corazón para contar al público sus recuerdos más íntimos y entrañables. De una manera genuina hace un recorrido autobiográfico recurriendo a anécdotas y canciones. Pasando por momentos muy emotivos y otros muy graciosos. Apelando a guiños humorísticos en referencia al mundo de la farándula y, en ocasiones, riéndose hasta de sí mismo.

En un escenario despojado de toda escenografía, sin más elementos que una pantalla en la cual se proyectan imágenes de su vida y testimonios de personalidades famosas.

Cuenta además con la presencia fundamental del pianista Dami Báez en escena, que musicaliza cada tramo del espectáculo con maestría y además le hace de contrapunto actoral cómico en algunas ocasiones.

Este unipersonal autobiográfico, muestra la otra cara de una personalidad mediática, con toda su profundidad.

Ficha

Intérpretes Guido Záffora, Dami Báez.

Dirección Noralih Gago

Género Unipersonal