Situar el cuerpo

En la frontera entre Argentina y Bolivia, siete mujeres subidas a un colectivo, esperan el regreso de una octava pasajera que la gendarmería acaba de bajar del vehículo. Entre ellas no se conocen por lo que surgen las sospechas, los miedos y las complicidades que las puso en un mismo camino. Desde un comienzo la representación se presenta como una construcción, principalmente desde la composición de los personajes como también del resto de los códigos teatrales.

Por un lado, la historia desarrolla las vicisitudes a las que se enfrentan estas mujeres que prestan sus cuerpos para ser mulas, transportadoras de mercancías de un país a otro, práctica ilegal que conlleva el riesgo permanente de la muerte si la mercancía les explota por dentro del cuerpo. Por otro lado, este un tema poco contemplado en la cartelera porteña y, enhorabuena Colectivo lo plantea desde un respeto y ética que lleva a la misma representación a reflexionar sobre sus propios procedimientos para abarcar circunstancias territoriales que parecen un tanto lejanas y marginales.

Las actuaciones son de un realismo crítico, no naturalistas, porque la representación se mantiene en dos niveles, entre la historia y el discurso, así las actrices pueden entrar y salir de los personajes, mostrar que están representando a otra y poniendo en evidencia sus cuerpos de actrices como mediadores entre ellas y las personajes y, con el público. Esta estrategia entre otras como transformar el colectivo solamente moviendo sillas, delimitar los distintos espacios con cintas en el piso, dos músicos en vivo acompañando las distintas atmósferas dramáticas, se asemejan al distanciamiento brechtiano que además de presentar una historia, también cuestiona el estatuto socio-político de la representación teatral. En este sentido, tanto el comienzo como el final son elocuentes, dejando preguntas abiertas al público.

Vale destacar la entrega sensitiva de todo el elenco en cada mirada y gesto acertado, variedad de tonalidades y la respiración que distingue y da vida a cada mujer del colectivo. Así mismo, la dramaturgia es de tal sutileza que es imposible distraerse, con pausas bien administradas y diálogos que se balancean entre la situación límite y caricias de humor que relajan la tensión dramática.

Muy recomendada.

 

Ficha:

Actrices: Mercedes Ferrería, Agatha Fresco, Pía Gentile, Eugenia Ghiselli, Claudia Mac Auliffe, Majo Ñañez, Analía Sánchez, Andrea Varchavsky,

Músicos en escena: Manuel Eguía, Gabriel Gonzalo García

Dirección: Diego Brienza

Género: Drama, humor