Queremos seguir jugando

Una de las cosas que varias generaciones siempre recordarán de su infancia son las locuras del circo: trapecistas, acróbatas, animales y los infaltables payasos; payasos como Cartucho (Claudio Martínez Bel) y Escopeta (Teresita Galimany), un dúo de cómicos que tuvieron su época de gloria, haciendo reir, divirtiendo, etcétera.

De repente, las circunstancias económicas los dejan en un limbo; el circo, su circo, tiene muchas deudas, está venido a menos, cada vez está más vacío, y ellos se preguntan si les pasa lo mismo.

Una escenografía con tres paredes tipo biombio (una frontal, dos laterales), dos banquitos rojos hexagonales, y de fondo también una pila de libros de casi un metro.

Cartucho y Escopeta hablan, se miran, también callan cuando la nostalgia y la desesperanza los invaden; en el medio de todo, de lo poco que le queda al circo, se escuchan los ruidos de un león (Bernardo) a quien Cartucho sale cada tanto a alimentar con un pasito lateral clásico de un número de clown.

Hay momentos que los diálogos, la incertidumbre y los miedos parecen casi tan reales como sucede con el propio teatro independiente desde hace tiempo; pero ellos no se resignan, por las dudas recuerdan y practican letra, movimientos y cachetazos.

Dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Quizás por eso es que en el final de Pedido de gracia, sus protagonistas regalan un número casi completo de sus coreografías, demostrando que ellos siguen listos, pase lo que pase, para seguir ofrendando esa magia, su magia, la que tantas carcajadas les hizo sacar al público en toda su carrera.

Ficha

Dramaturgia y Dirección: Mariano Cossa

Actuación: Claudio Martínez Bel y Teresita Galimany

Género: comedia dramática