Estado de shock
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Tehagolaprensa
Inocente hasta que se demuestre lo contrario
Ha ocurrido un crimen pero es escasa la información que circula entre los presentes. Ana (Lourdes Ayarde) se encuentra sentada en una silla, esposada y cubierta de sangre mientras Álvarez (Leonardo Salom) la interroga. ¿Qué ocurrió esa noche?, ¿Cuál fue el motivo? y ¿Qué consecuencias tendrá ello? son algunas de las interrogantes que tempranamente interpelan al espectador.
En escena, al lado izquierdo hay una mesa acompañada de dos sillas y al derecho, dos sillones. La propuesta permite modificar y modelar ambos espacios para que resulten ser diferentes espacios escénicos, el mismo o para que estos dialoguen entre sí. Se destaca el diseño por una propuesta minimalista, precisa y versátil.
Respecto al crimen, la información que se tiene es la siguiente: 20 puñaladas recibió Javier (Leandro Bara), joven que vivía con su esposa Ana y el hermano de ella, Tomás (Leandro Santillán) . A medida que se desarrolla la obra, ciertas interrogantes se responden pero otras se complejizan. Mientras la protagonista aún no recuerda nada de lo ocurrido debido al estado emocional en el que se encuentra, el Psiquiatra (Alejandro Mel) conversa con Tomás, un joven autista. Serán esas palabras un tanto engorrosas con las que el espectador intentará encajar en los hechos.
En cuanto al vestuario, los personajes visten un estilo contemporáneo que responde a sus ocupaciones o estilos de vida. Considerando el afán mediático que persigue a este crimen, se destacan: la fiscal (Ludmila Magnone), la abogada penalista (Guadalupe Pérez) y la conductora de televisión (Laura Proto) por vestir a la moda y manifestar tintes de elegancia que son acompañados por la forma que tiene cada una para desenvolverse y así lograr llamar la atención de colegas, clientes, entrevistados y el público.
Estado de shock es una obra que presenta muchas dudas e intriga. Que aborda de forma delicada y respetuosa aquel estado de bloqueo o histeria emocional que se produce gracias a sucesos traumáticos o de alto estrés. Plateando a la vez, temáticas como: autismo, prostitución, medios de comunicación como agentes sociales, comunidad de vecinos y resiliencia.
A propósito de ello, se destacan las actuaciones del elenco. Sosteniendo el ritmo y la tensión dramática. Cada personaje tiene un móvil muy claro y es el cruce de estos lo que hace interesante y dinámica la obra. La fiscal junto con su ayudante quieren un culpable. La abogada penalista, ganar el caso. La conductora de televisión, rating. Tomás, saber de Ana. El psiquiatra, comprender a Tomás para realizar el acta. Carmen (Eliana Bisagne) hacerle justicia a su hermano Javier. Pero no todos conocen el pasado de Ana que involucra al proxeneta Fabián (Gustavo Gilberto). Esta información pondrá en cuestión el caso y el amor que Ana aseguró que le tenía a su pareja Javier.
El trabajo que realiza quien interpreta a Ana resulta muy completo. Por una parte, la capacidad de transmitir emociones tan fuertes. Y, por otra, las texturas que le da a dicha interpretación. Poco a poco se comparte con el público. Esto logra que el espectador pueda ingresar de una forma más amable a su vida.
Cabe mencionar la relación que tienen los vecinos Riky (Claudio Cid) y Sara (Claudia Valenzuela) con los vecinos Ana, Javier y Tomás respectivamente y la dinámica que se da entre los primeros. Ambos dan su testimonio en televisión y muestran cómo por fama los seres humanos son capaces de desprenderse de la empatía, la sinceridad y los buenos tratos. Aún así, con una porción justa de humor, Ricky y Sara le ofrecen, entre tanta tensión, un respiro al espectador.
También es necesario relevar la pregunta por la verdad y la justicia. ¿Se puede hacer justicia a pesar de la verdad?. La dramaturgia le permite al espectador la reconstrucción de los sucesos desde un lugar poco común. Cuando el caso parece resuelto, un repentino giro invita a reflexionar y a preguntarse por lo que no se estaba diciendo, por los silencios y por lo que sí es importante decir.
Finalmente, la obra comparte bellos momentos de resiliencia. Tomás, Carmen y Ana son personas que se muestran, en momentos, completamente vulnerables. El miedo y la rabia que los movilizan a accionar evidencia la historia de cada uno, su identidad, pasado, la verdadera relación con Javier y el crimen.
Ficha
Dramaturgia y dirección: Martín Arias
Intérpretes: Alejandro Mel, Claudia Valenzuela, Claudio Cid, Eliana Bisagne, Guadalupe Pérez, Gustavo Gilberto, Laura Proto, Leandro Bara, Leandro Santillán, Leonardo Salom, Lourdes Ayarde, Ludmila Magnone.
Género: Suspenso
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