Colombian combou
Ficha
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Datos de funciones:
Función: 21/4
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Prensa:
Prensa: Ja
Sonares colombianos
La santísima trinidad es el dogma central de la mayoría de las iglesias cristianas. Lo que nos dice esta creencia es que Dios, existe como hipóstasis en tres personificaciones más o menos simbólicas que son conocidas como: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén de crear hipótesis improbables, bravuconas y estúpidas proponemos pensar –y escribir, que nunca se hace sin pensar- a Colombian Combou, como hijo, ostia, artefacto musical de una Trinidad Santísima del Indie percusivo for export. Dicha trinidad porteña sería, para nosotros, secamente, poco “agresivamente”, extrañamente cursis: SPINETTA, SANTIAGO VAZQUEZ, CENTRO CULTURAL KONEX. Pero Vayamos a Colombian Combou.
El grupo se originó en Punta del Diablo en el 2013. Nacieron en el Uruguay como un buen caudillo. Luego, viajaron a Colombia, para formarse, cuajarse musicalmente en el género de la cumbia y sus derivados. Podemos definir a Colombian Combou, entonces, como un grupo de “folclore colombiano de fusión e improvisación mediante señas”. Sí: las señas, ese método tan en boga en la improvisación musical – percusiva casi siempre: véase La Bomba de Tiempo- es vital en buena parte del show del grupo. Sí: recordemos además que el grupo es de “fusión”. Por lo tanto, a la instrumentación clásica de folklore colombiano, se le agregan una fila de vientos, dos guitarras eléctricas y bajo eléctrico. Colombian Combou es algo más que un grupo latino cool. Quiere sonar más alto. Quiere hacer bailar al público; intenta mostrarle ritmos complejos y difíciles, y bailables y populares por igual. Es por ello que se trasforma en un proyecto bueno y digno de ver, y bailar.
Serán, tal vez, en un futuro, el Padre, el Hijo o el Espíritu Santo de una escena anclada en otra escena contemporánea. Pero eso no importa. Importa que el show del grupo es soberbio. Despacha y distribuyen groove y ritmo como si fueran un supermercado mayorista –un Combo Colombiano- de géneros musicales latinos. El show transcurre increscendo. Primero sumerge al espectador –que entra algo frio y distante- en la nata de los ritmos más africanos y percusivos. Luego se adentran al baile: la salsa y la cumbia sazona el bienestar de la suela de nuestros zapatos que se disponen a gastarse más y más. Más tarde, después de unas partecitas solapadas de Durazno Sangrando, viene un corte. La gente descansa a la par que los músicos. Beben unos sorbos de malta, un vaso de vino, una copa de algún trago x. Hasta que los trece músicos de Colombian Combou vuelven al escenario. Allí es el momento donde la segunda parte comienza. La fiesta del Combo Colombiano es baile y baile y baile. Nos fuimos, y todavía seguían bailando…
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