Contra todo pronóstico

Una familia de alto poder adquisitivo, movida por la codicia, decide quedarse con la parte de la herencia correspondiente a una de sus hijas, aquella que consideran “incapaz” para poder valerse por sí misma. Ante esta situación angustiante y con el peso del estigma, Liliana que padece un leve trastorno, es juzgada pero lucha contra todo pronóstico para demostrar que la lucha que se pierde, es aquella que se abandona.

En un ambiente, donde la mesa y las sillas están dispuestas en el centro de escena, oficiando como mesa familiar, despacho de abogados y consultas médicas, Liliana transcurre diversos procesos para dar batalla legal. Un abogado vestido de traje y corbata, se muestra persistente y locuaz acompañando esa lucha con obstinación. ¿Quién dijo que todo esta perdido?

A lo largo del guión teatral, la emotividad y la reflexión sobre la normalidad serán ejes centrales para el desarrollo de la trama y la obra. En este aspecto, Liliana sabe que no terminó la escuela primaria y ese punto se pondrá en entredicho, como si el subtexto elaborará una crítica foucaultiana sobre las instituciones educativas, médicas, judiciales y que, todo aquel que no logra adaptarse a ellas, es considerado un “anormal”, alguien incapaz para adaptarse a lo que el rígido sistema  propone.

Los personajes se suceden, modificando su vestimenta, desde la doctora con el ámbo, un policía, jueces y abogados de traje, la familia con sus colores apagados, personificando y tejiendo la trama, intercambiando intérpretes para desempeñar varios papeles.

En cuanto a la interpretación, la característica central de las actuaciones está puesta en la dramatización de los gestos, los rostros y las entonaciones que se modifican, se vuelcan al drama o al humor, utilizando el espacio escénico y aprovechando la ausencia de luz para dar pasaje de una escena a la otra.

Aquí, cabe destacar que el papel de Julieta Bermudez es excelente, conmovedor, representando la angustia, el declive y el dolor de una mujer que lucha ante un sistema difícil, excluyente y regido sobre concepciones herméticas e ideas que atrasan.

En conclusión, la obra “Claveles rojos” dirigida por Luis Agustoni es una interesante propuesta para reflexionar sobre el prejuicio, la norma y la discapacidad en tiempos donde la crueldad es la triste moneda de intercambio y donde la lucha, es el único camino posible.

Ficha:

Género: Drama

La ficha técnica se completa así: escenografía, Claveles Rojos; diseño de luces, Betina Robles; video y fotografía, Julián Moldavsky; asistencia general, Gabriela Clavel; producción ejecutiva, Valeria De Luque; dirección general, Leo Prestia; prensa y comunicación, Juan Ignacio Penlowskyj.