En los márgenes

En los muros grises, la piel áspera de las paredes son testigos de la escena. María susurra un fragmento de su historia. Relata la noche del baile y el encuentro con el gaucho rubio de ojos verdes, ese Adonis que la deja cautivada, o mejor dicho, cautiva, objeto de un instante para luego ser olvidada como las botellas vacías que yacen agrupadas cerca de la basura.

María no está sola pero en los márgenes de la miseria, el contexto familiar que la rodea y la dificultad para encontrar nexos que la ayuden, la expulsan a la intemperie de su desconocimiento, de buscar soluciones posibles a su drama. En un momento del relato se pregunta: ¿Qué es mejor? ¿Morir o desaparecer? El escarabajo crece en su vientre y ella quisiera darle tierra, enterrarlo en el olvido. La desolación de su historia se hace carne en la mirada, en la voz de la protagonista  Belén Blanco, que, a partir de un relato descarnado expresa en cuerpo y alma el dolor de la protagonista. Su vestido sucio y la campera negra le otorgan mayor desolación a la construcción del personaje y a la trama.

Por otra parte, la expresividad del cuerpo y el uso del espacio realizado por la protagonista, le otorga verosimilitud al relato, siendo ella, la pieza clave para darle vida a esta obra.

María es llevada por su madre al hospital y el relato de la sangre se hace presente en el fondo de la escena, todo se tiñe de rojo. Ese rojo en la pared blanca del fondo del escenario que estará asociado a la sangre, a la menstruación, al dolor de la violencia. En este aspecto, la dramaturgia de la luz acompaña el relato inundando de rojo a la protagonista y va modificando el uso del color de acuerdo a la historia.

Por otra parte, es clave la incorporación de una música en escena como Guadalupe Otheguy que, acompañada de guitarra y voz,  realiza interpretaciones excelentes y le otorgan diversos matices a la trama conectando a la perfección con el dolor y el relato de María. En otros momentos, su voz se vuelve un soliloquio interno, una repetición exteriorizada del pensamiento de la protagonista.

En conclusión, la obra “Clandestina” de Natalia Villamil es una excelente propuesta teatral donde la brillante interpretación de Belén Blanco en compañía de Guadalupe Otheguy, le dan vida a una historia cruda, descarnada, nacida en los márgenes del dolor y la violencia.

Ficha:

Dramaturgia y dirección: Natalia Villamil

Intérprete: Belén Blanco

La asistencia artística es de Manon Minetti, la música original de Guadalupe Otheguy, quien también será la intérprete en escena. La escenografía es de Rodrigo González Garrillo, la iluminación de Matías Sendón y el vestuario de Paola Delgado.

Duración: 55 minutos

Género: Drama