No hay nada más vivo que un recuerdo

Mirta Mato es una actriz, que a lo largo de su carrera hizo obras como “Ya no hay tranvías en el desierto de Texas”, “Federico, presencia viva”. Ella es hija de inmigrantes gallegos que llegaron al país, exiliados de la guerra civil española. El tesoro más preciado que vino en el barco, una máquina de coser, que es motivo por el que realiza esta obra.

Relata la historia de sus padres en su infancia, en distintas aldeas de España, y como fueron pasando los años, viviendo, creciendo, atravesando momentos muy duros, pero que por nada los privaron del amor, de la familia. Con el tiempo los hijos, el irse obligadamente, encontrándose con una Argentina en donde se asomaba un tiempo prospero en comparación. El pasar de los años, los cambios, la radio, el casette, el teatro, el reencuentro con vecinos de la Galicia de la niñez.

Un sentir muy especial, que a veces cuesta mucho poner en palabras, recuerdos que toman forma cuando se hace presente la máquina de coser, tesoro familiar que Mirta conserva ya que ahí se depositan todos los momentos vividos de sus padres, hermanos, algunos presenciados por ella a lo largo de la vida.

La puesta acompaña al relato, un montón de cajas que al abrirse una por una, van apareciendo recuerdos de tiempos anteriores, como el genio que sale al frotar la lámpara. Y cada uno con personas, espacios, lugares diferentes, que se materializan, teletransportando, al menos por unos segundos allí a presenciar los hechos.

La aparición de la máquina en escena, trae un peso especial, tanto por lo emotivo, como la materialización de los hechos. La destrucción producto del odio, transformado en la reparación, fruto del amor. Verla implica ver las manos de tantas mujeres, ropas creadas para abrigar, calmar fríos, ser puentes en momentos de desunión.

Es también una forma de ejercitar la memoria, no olvidar lo que pasó, lo que pasa y seguirá pasando si se suelta eso que hace felices a las personas. Momentos que hay que guardar, atesorar y cada tanto sacarlos para que no se llenen de polvo, como esa máquina de coser, y aun mas, para no olvidar que uno está transitando por este mundo, haciendo honor a esas palabras de Federico García Lorca, “no hay nada más vivo que un recuerdo”.

 

Ficha

Autora y Actriz: Mirta Mato

Diseño sonoro: Jorge Corti

Diseño espacio escénico: Carolina Rivero

Diseño de iluminación: Horacio Novelle

Fotografías y Prensa: Silvina Macri

Asistencia y Producción Ejecutiva: Emilio Zineron

Producción General: Mirta Mato

Montaje Dramatúrgico y Dirección General: Ana María Bovo