La pareja en una danza rota.

Un espacio blanco, donde es posible que todo suceda, se extiende desde el suelo elevándose sobre el fondo de la escena. En el centro: una pareja, sobre ella indaga a lo largo de sus dieciséis escenas, Ring el texto de Leonore Confino. El amor, los celos, la sexualidad, la ruptura, los reencuentros, la envidia, el engaño; por todas estas situaciones transitan Arielle y Ariel la pareja protagonista, herederos de los legendarios Adán y Eva a los que recrean en la escena inicial de la obra y en la cuál sentencian que su descendencia “se va a degenerar”.

Con una excelente adaptación del texto a cargo de Kado Kostzer, la puesta cobra una muy buena dinámica. Los diálogos tienen un matiz local que ayudan a empatizar fácilmente con las situaciones. El espacio de un blanco neutro que se abre a infinitas posibilidades es utilizado creativamente, las proyecciones que se realizan sobre el fondo de la escena la completan, refuerzan o multiplican su sentido. Los cuerpos y los textos conviven dentro de esta partitura escénica que linda con lo coregráfico, pero que a su vez trabaja una corporalidad un tanto enajenada, que contribuye a reforzar la construcción fragmentaria de la pieza.

A lo largo de la obra las situaciones que se desarrollan evidencian la búsqueda de la felicidad y la satisfacción personal depositada en la pareja, las ocasiones en las que esta fracasa son la constante, allí el humor aparece a suavizar las tensiones y moldea el recorrido por las escenas aportando un matiz lúdico a las relaciones de la pareja.

En Ring Arielle y Ariel bailan una danza rota, una lucha estilizada sobre ese blanco entorno que supo ser el paraíso y que ha mutado en el ring de la lucha por las pasiones, pero también en la página en blanco donde es posible escribir la partitura de una nueva danza de a dos.

Ficha:

DIRIGIDA POR CATHERINE SCHAUB

VERSIÓN CASTELLANA: KADO KOSTZER

Actores: Rosario Audras y Diego de Paula