Recuerdos que siempre van a estar…

La acción se desarrolla en la ciudad de Montevideo (Uruguay). Se enfoca en Teresa (Silvia Franc), una mujer cuyo hermano Alberto, se vio obligado a abandonar el país en plena dictadura, siendo víctima de la persecución militar; aunque buscó refugio en la casa de su abuela en Buenos Aires, no llegó a destino.

Teresa anotó en un cuaderno de la escuela todos sus recuerdos familiares (con fechas incluidas), ella los relata de forma afectiva, sensible y personal.

En la obra hay bronca por la ida de su hermano al dejarla sola y tristeza por la falta de respuestas.

La actriz  muta en escena, marcando el paso del tiempo, se transforma por fuera y refleja su cambio interior.

El escenario se presenta lleno de papeles por todos lados, son las cartas que la protagonista le escribía a su hermano, también hay un piano y tres sillas con tules blancos; la iluminación tenue acompaña con un diseño que aporta un tono dramático al relato y a los gestos de la protagonista.

Todo esto acompañado por la música que aporta nerviosismo al ambiente.

La dirección a cargo de Elba Degrossi está en la mirada de una mujer que busca entre los recuerdos ese vínculo especial que se tiene con un ser querido. A partir de que la protagonista ve un cadáver en la playa unos días después, comienzan las nostalgias, a un  homenaje simbólico a ese hermano al que no vio más.

Teresa plasma en sus cartas una máscara que le habla a ese hermano que no sabe si alguna vez va a volver a ver.

Con un lenguaje poético y la actriz expresando las emociones de una manera tan elocuente pero conteniéndose interiormente en un mundo que parece sombrío.

Silvia Franc con una presencia fuerte narra con sus distintos tonos de voz una historia inquietante.

Una obra con una mirada observadora e indiferente pero que participa en las memorias del pasado de uno.

Ficha:

Unipersonal de: Sandra Massera / Actriz: Silvia Franc