Cardinal
Ficha
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Prensa:
Carolina Alfonso
Cardinal es el punto donde la música y la poesía convergen”
Dúo de piano y voz formando por la actriz y cantante Jimena González y el pianista Juan Esteban Cuacci.
Ambos artistas de raíz argentina, se unen en Madrid para desarrollar un código propio dentro del género del tango, inspirado en el “relato musical”.
Partiendo desde allí, se proponen realizar un viaje donde “el decir” es la ruta. Será entonces desde el relato que se fusionarán el texto poético y las canciones, abordados dentro de un código teatral plagado de imágenes y emoción.
Cardinal se trata de una nueva compañía formada por la cantante y actriz Jimena González y el pianista Juan Esteban Cuacci.
Jimena es una intérprete argentina que actualmente reside en Madrid. Trabajó en innumerables elencos de teatro musical comercial en Argentina, siendo nominada siete veces a los Premios Hugo (premio máximo al teatro musical en Argentina) de los cuales ganó dos veces en la categoría de mejor intérprete femenina en ensamble 2014 por su papel en Priscilla Queen of Desert, y como mejor intérprete femenina 2016 por su trabajo en Zoomos Libres. Su último proyecto propio es Piano Blanco, un unipersonal, monólogo de teatri musical de su autoría, compartido con Marcelo Caballero y Juan Pablo Schapira, donde interpreta el papel de la emblemática Marilyn Monroe.
Juan Esteban Cuacci, es músico, autodidacta, multiinstrumentista y compositor argentino que reside en Madrid. Nombrado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires por la Legislatura Porteña. Trabajó con los artistas más importantes de Argentina y España, y al mismo tiempo está constantemente expandiendo la música argentina por el mundo y renovando su repertorio, con quince grabaciones de sus propios proyectos y componiendo música de diferentes formaciones musicales.
Jimena y Juan, se encuentran en Madrid y comienzan a desarrollar un código propio dentro del género del tango, inspirado en el relato musical teatral. El objetivo era potenciar las áreas que cada uno de ellos ya tenía transitadas, fusionándolas a partir de una química musical que se presenta entre ellos desde el primer momento a pesar de haber trabajado en dos mundos completamente diferentes.
Esta búsqueda los lleva entonces a crear un espectáculo con el nombre del dúo: Cardinal. El punto donde la música y la poesía convergen. Su propuesta es realizar un viaje donde “el decir” se convierte en la ruta. Será entonces desde del relato que se unirán el texto poético y las canciones, abordados dentro de un código teatral plagado de imágenes y emoción.
Así es que comienzan a hacer presentaciones en diferentes lugares de Madrid, capturando la atención del espectador desde el primer momento y generando una energía única con el público.
Ese punto Cardinal
Primero fui fan de Juan Esteban Cuacci. Me deslumbró cuando lo escuché tocar el piano, antes de conocerlo. Al poco tiempo nos hicimos amigos, gracias a Marcelo Mercadante, bandoneonista y compositor, nuestro querido amigo en común.
Un día Juan me mandó por whatsapp un link de YouTube donde él interpretaba uno de los temas que compusimos junto a Marcelo, “La llave”, con música de Marcelo y letra mía. La propuesta se llamaba Cardinal y se trataba de un dúo con Juan en piano, y en la voz una cantante a quien no conocía ni tenía referencia alguna: Jimena González.
Cuando recibí el mensaje estaba en la cama, a punto de dormirme. Dudé si lo escuchaba en ese momento o si lo dejaba para el día siguiente. Pero como Juan es gran artista, un gran músico, y además un querido amigo, decidí escuchar y ver el video en ese momento, en el celular. O el móvil, como dicen en España.
Empecé a escuchar y a ver y no lo podía creer. Aquello era la gloria. Me emocioné tanto que bajé a mi estudio y lo puse varias veces en la computadora (o el ordenador, en España) de escritorio, para ver y escuchar aquello con una pantalla y unos parlantes decentes. Aluciné. O flipé, como dicen en España.
¿Cómo es que no conocía a Jimena? ¿Dónde estaba Jimena, que aún no lo había escuchado? Pensé en las palabras del relator de fútbol Víctor Hugo Morales cuando después del segundo gol de Maradona a Inglaterra, en México 1986, exclamó: “Barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste?”
Aquello que hacía Jimena no era cantar bien. Bueno, sí, Jimena canta muy bien, eso está claro. Pero lo suyo va mucho más allá. En un punto, me da la sensación de que cantar bien canta cualquiera. No, ya sé que no es así. Pero digo eso para que se entienda dónde radica la grandeza del arte de Jimena.
Podría hablar de interpretación. Y sí, es cierto, hay mucho de eso. Teatralidad y fraseo: Jimena construye una dimensión dramática colosal. Pero lo que importa es el arte. Y Jimena es arte. Puro arte.
Jimena no canta ni interpreta: Jimena encarna la canción, la lleva a otra dimensión, le da vida. Y entre Jimena y Juan se establece un diálogo, una complicidad, una conjunción perfecta en una misma dirección que, si tuviera que señalarla, debería apuntar al cosmos y volver sobre la pregunta de Víctor Hugo hablando de Diego: “Barriletes cósmicos, ¿de qué planeta vinieron?”
Realmente, no sé de qué planeta vinieron. Pero si me preguntaran dónde quiero vivir, no lo dudaría un momento: me quiero mudar a ese punto Cardinal donde el arte encarna en dos artistas excepcionales, en un dúo que marca un camino. Un punto Cardinal donde basta la magia de Jimena y de Juan, de Juan y de Jimena, para que todo sea conmovedor, para que todo brille.
Jimena, Juan: gracias por hacerme un lugar y dejarme jugar un rato en este punto Cardinal soñado.
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