Othelo, termina mal

Othelo, termina mal

Ficha

  • Datos de funciones:

    Funciones: Jueves a las 21 y Sábados 22.30hs
    En Caras y Caretas 2037 - Sarmiento 2037, CABA

  • Prensa:

    Mutuverría PR

  • Entradas:

    Entrada General: $300.-
    A la venta en Alternativa Teatral

 

Shakespeare y sus celos en modo clown.

Si el Bardo viviera seguramente sería uno más de los espectadores que tienen la dicha de poder disfrutar de esta versión clownesca del célebre moro que- víctima de las mentiras generadas por su entorno más cercano- claudica bajo el dominio de los celos enfermizos y comete la peor de las atrocidades. Como en toda intriga shakesperiana, las confabulaciones, los engaños y las pasiones desaforadas están a la orden del día. Othelo -de él se trata- todo un valiente guerrero está perdidamente enamorado de la bella Desdémona -una joven perteneciente a la nobleza veneciana- es manipulado y embaucado con total astucia por su oficial Yago, en quien tiene depositada su confianza. Éste, movido por la envidia y las más viles intenciones, articula un plan para hacerle creer al moro que su amada esposa tiene amoríos con Cassio, su lugarteniente. Como en una tela de araña que todo lo atrapa, va enredando en sus mentiras a todo aquel que se le acerca, para lograr su cometido final: destruir a Othelo. El fuerte amor que se profesa la pareja parece imposible verse quebrantado en un comienzo, pero poco a poco la maldad de Yago hace mella en su objetivo, sembrando todo tipo de dudas y sospechas, que culminarán de la forma más cruel: la muerte de Desdémona en manos de su marido y su posterior suicidio al enterarse de la nefasta trama de la que cayó preso por sus celos.

De esto se trata esta tragedia clásica escrita allá por el 1600, y que se presenta en clave bufonesca y de farsa de la mano del genial Gabriel Chame Buendía, actor, director, dramaturgo y pedagogo, fundador del prestigioso e inolvidable Clú del claun allá por los ’80. En su adaptación, lo trágico y lo cómico se funden, se entremezclan, se complementan a través del juego más absurdo, hilarante y que con absoluto desenfado desenvuelven cuatro actores magistralmente entrenados en el teatro físico y el clown. Respetando el texto original, aunque adaptándolo a los tiempos requeridos en un espectáculo donde los intérpretes son en realidad increíbles payasos sin sus clásicas narices rojas, Chame Buendía recrea esta historia en un espacio despojado de todo materialismo y de toda solemnidad. Sus personajes no utilizan atuendos de época; por el contrario, su vestimenta es actual. No hay grandes escenografías que representen los majestuosos escenarios donde transcurre la tragedia; todo se resuelve básicamente con cubos, telas y luces que sintetizan dramáticamente situaciones, espacios y climas, dándole belleza poética y vuelo creativo a cada momento y a cada acción. Cabe destacar que esta obra y lo que genera en el espectador es posible gracias al maravilloso trabajo realizado por los cuatro actores, verdaderos profesionales de la escena, que con absoluta entrega física se ponen bajo la piel de estos personajes (en la mayoría de los casos, encarnan a más de uno), exprimiendo el máximo de sus energías en casi dos horas de espectáculo. Ellos son: Matías Bassi (Othelo), Elvira Gómez (Desdémona, Brabancio, Montano y Bianca), Gabriel Beck (Yago y el Duque) y Martín López Carzolio (Rodrigo, Cassio, Emilia, Brabancio y Ludovico). El ritmo vertiginoso propio del clown nos sumerge en un constante e ininterrumpido devenir de gags y situaciones cómicas, que apenas permiten respiro alguno. El recurso audiovisual sirve para darle vigor a estas situaciones, así como para buscar una mayor complicidad con el espectador, que también se pone de manifiesto con la intermitente ruptura de la cuarta pared. Así es como “ellos” que están arriba del escenario, acortan las distancias que nos separan todavía un poco más y nos invitan a su juego a “nosotros”, que en la comodidad de las butacas nos divertimos plácidamente. Se genera una comunión, una sinergia divina que nos lleva a desacralizar y a resignificar el texto shakesperiano, volviéndolo más terrenal y cotidiano. Los celos del moro son los celos de cualquier mortal, de entonces como de ahora. La maldad, la ambición y la envidia están eternamente al acecho, son atemporales. El moro –que en este caso es blanco- podemos ser  nosotros mismos, aquí y ahora; no hay distancias físicas ni simbólicas que nos separen.

Así es como Chame Buendía nos presenta a este “Othelo”. Valiéndose del clown, de la farsa y de la comedia bufonesca nos lo acerca y nos invita a “mirarlo” de otra manera. Lo actualiza, lo vuelve argento. Y como para Shakespeare, incluso para los griegos, nos presenta lo trágico y lo cómico como las dos caras de la misma moneda: la vida misma.

Ficha:

Matias Bassi: Othelo.
Elvira Gómez: Desdémona, Brabancio, Montano y Bianca.
Gabriel Beck: Yago y el Duque.
Martín López Carzolio: Rodrigo, Cassio, Emilia, Brabancio y Ludovico.

Adaptación y Dirección: Gabriel Chamé Buendia

Categorías: Reseñas

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