Goce para salir de la marginalidad

Entre tenders y papeles en el suelo se descubre el barrio. Ocho jóvenes nos reciben a ritmo de cumbia. Entre coreografías y canciones en tono barrial se hacen presentes las sensaciones de estas chicas y chicos: amor, desamor, perdida, sueños, diferentes sentimientos que nos interpelan a todos, pero aquí teñidos de marginalidad, de gente que vive la vida que vive por el mero hecho de haber nacido allí. Esto no les quita el deseo de felicidad, de goce, de libertad. Esto y muchos más temas asoman en la obra de Marina Cumbi Bustinza, de título Menea para mí.

La directora y dramaturga de Gorila, otra notable pieza de su autoría, vuelve a apostar a la narrativa de la exclusión, esta vez con un tono musical. Lejos de lo grandilocuente dicho género, se trata aquí de una resignificación de su carácter celebratorio. Vemos, entonces, a personajes narrados entre injusticias: detenciones, abusos, familias forzadas. Sin embargo, pese a su notable carácter de denuncia, nos recuerda que el goce es una forma de resistencia. Así, nuestros protagonistas se enamoran, homenajean sus amistades, redimen sus vínculos afectivos, verdadera red de contención frente a un mundo que los excluye.

Esta narrativa intersticial produce un ritmo vertiginoso y original. El relato es fragmentario, alterna momentos musicales con escenas predominantemente oscuras. Y, aun así, la claridad aparece, los momentos tiernos se dejan ver. La platea tiene la tarea de observar, atenta, para tratar de rescatar este último relato. Solo así se redime a estos personajes, interpretados por un brillante elenco de jóvenes, que mantienen la energía por más de una hora, verdadera proeza de este sinérgico grupo. Entre ellos, el texto atento a modismos asociados al barrio, y espectadores agudizando su atención es que se logra un equilibrio, una composición que vaya más allá de los estigmas sociales y que no limite estas historias al prejuicio de clase.

Menudo desafío se plantea Menea para mí. En definitiva, solo puede avenirse al mismo al proponernos una puesta diferente, potenciada por el talento actoral y sellada con una dirección y dramaturgia disidente, de aquellas que buscan incluir voces silenciadas, aquellas capaces de su propia forma de arte a las que no hemos asistido lo suficiente.

Ficha:

Dramaturgia y Dirección: Mariana Cumbi Bustinza