El cuerpo como máquina expresiva

Jijop  propone un relato cien por ciento basado en la acción y lo gestual, escindiendo el diálogo de la voz y poniendo al cuerpo como protagonista. En ella Emiliano Larrea explota su gran capacidad física de comunicación mediante la cual puede transmitir cualquier tipo de emociones.

La historia, en la interpreta a tres personajes, inicia en el laboratorio de un científico que crea un nuevo muñeco que durante la noche cobra vida y se ve empujado por su gran curiosidad a explorar el mundo exterior. Este mundo tiene reglas, modos de organizarse y engranajes para su funcionamiento y perdurar en él va a depender de su capacidad de adaptación o de revelarse al sistema. ¿Se sucumbe a la alienación o se reinventa lo establecido? Es una pregunta que empieza a girar dentro de la gran maquinaria urbana.

Si bien el espectáculo es atrapante para grandes y chicos, el protagonista ya tiene experiencia captando la atención del público infantil como conductor en Pakapaka, labor por la que fue reconocido con los premios Found TV y Martín Fierro en la categoría de mejor programa infantil y el Premio Prix Jeneusse para la misma categoría en Iberoamérica.

Larrea es un asiduo investigador de los lenguajes corporales como el teatro físico, teatro negro, máscara neutra, herramientas expresivas de la técnica de Jacques Lecoq (quien desde su escuela en París fue una gran influencia para la creación de la escena contemporánea de la segunda mitad del S.XX) y las danzas urbanas como el popping (baile de imitación robótica) y el Hip-hop, que en un juego de palabras le da el nombre a la obra. Todas estas técnicas salen a jugar para poner a prueba los límites del cuerpo.

Siendo un espectáculo concebido para el Galpón de Guevara toda la puesta escénica funciona también como una maquinaria precisa en la que la escenografía entra y sale de escena por el techo y los costados gracias a las asistentes escénicas y de manipulación de objetos que arman y desarman los espacios con una velocidad que sólo es superada por los cambios de vestuario tras bambalinas. Los efectos sonoros y la música tienen una sincronización perfecta con cada movimiento acentuando su intencionalidad.

En este mundo distópico con reminiscencias a Tim Burton y el Cirque Du Solei tanto el vestuario, como la caracterización, la iluminación y la performance son de un altísimo nivel y deja con una vara muy elevada a la producción under local que tanto trabaja en generar cada vez mejores propuestas.

Ficha:

Intérprete: Emiliano Larrea.

Dirección: Gabriel Paez.

Género:  Comedia/ Musical / Danza.