Desde Polonia

Ferdydurke: puede ser una palabra sin significado alguno. ¿Será expresión de deseo, de libertad, de independencia, de individualismo? ¿Será un invento poético en cuyo  lingüístico y trabado ludismo responda a una pregunta filosófica  que abarque un imposible? No lo sabemos. Sí sabemos que Ferdydurke es una novela publicada en 1937 por el escritor polaco Witold  Gombrowicz.  La acción de la novela se sitúa a comienzos de la década del treinta en Varsovia, Polonia. Ferdidurke, la obra, trazada por Alejandro Genes Radawsky (no casualmente Argentino/polaco) recorre el trazado de una época que a nosotros nos puede parecer superficialmente lejana. Pero si escarbamos en la divertida Ferdydurke encontraremos temáticas y sensaciones que bien nos sirven para pensarnos y pensar nuestra vida en tiempo y espacio. Ferdydurke narra la historia de Pepe, un treintañero que de pronto se ve obligado a volver a la edad adolescente. Pepe atraviesa situaciones que pueden duplicarse en dos sentidos. Por un lado un sentimiento de exilio, de época, de deseos, de necesidades, que Pepe siente aun en su patria y que son quizás los mismos que sintieron aquellos abuelos que pisaron suelo argento provenientes de la más mísera pero también moderna Europa. Por otro lado, la liberación del camino artístico que siempre es doloroso pero satisfactorio, que siempre se rodea de inmadurez y de juventud.

La obra Ferdydurke nos brinda suaves dosis de risa, perversión, extrañas pedagogías, sexo adolescente, adultos manipuladores, escándalos clasistas y culpas burguesas, entre otros detalles temáticos. El hecho teatral es delicioso: sobresalen los actores  y sus versátiles, múltiples, agiles, y lúdicas interpretaciones. Relucen aún más un texto delicioso. Si las actuaciones y el texto son ricos no hace falta mucho más. La escenografía minimalista  – esa que tanto requerimos cual religión y que consta únicamente de un escritorio en el medio de la escena y un piano de pared ubicado al costado izquierdo del escenario-es sólo una trinchera escénica, hábilmente armada por el asistente Marko Bregar. En la trinchera los actores cambian su vestuario y varía el espacio narrativo según requiere la obra: escuela, casa burguesa de campo, casa  burguesa moderna de ciudad… La iluminación – de Ricardo Sica- es clásica como la obra y resalta los contenidos de forma más o menos dramática sin exagerar y sin errores.

Ferdydurke, palabra misteriosa, obra exquisita, no sería sin sus actrices. Ellas cuatro son la frutilla femenina en este mundo de pedagogías machistas y liberales que no lo son tanto, como bien Pepe siente, ve y razona. Cecilia De Paoli, Celeste Caruso, Luján Bourmot y Camila Docampo interpretan varios roles, sea mujeres desquiciadas, jóvenes perturbados, adolescentes violadores, peones atractivos y pedagogos gerontes. Cada papel es amalgamado de juego y ligereza sin perder la magia del instante teatral. Por eso escribimos sobre Ferdydurke. Por eso gusta y la recomendamos. Porque el arte es más que el público, más que el significado. Ferdydurke fue una novela misteriosa y genial de un autor complejo que en Varsovia o Buenos Aires resultó ser el mismo exiliado.  Ferdydurke Se exhibe en el teatro Tadrón ( Niceto Vega 4802) los sábado a las seis y media de la tarde. Vayan a verla. Ferdydurke cumple y el significado y la forma no importan: son a libre elección, “las ideas no se trafican”, como sostiene uno de los personajes en el transcurso de Ferdydurke.

Ficha:

Actrices: Cecilia De Paoli, Celeste Caruso, Lujan Bournot, Camila Docampo

Autor: Witold Gombrowicz