El estafador estafado

En esta versión libre de Borkman, de Ibsen, Edgardo Moreira encarga a un protagonista impecable, que no solo cumple una condena por estafa sino que además soporta en carne propia la condena que él mismo se ha impuesto al haber renunciado a su verdadero amor, en pos de sus intereses económicos.

Además de todos los estafados, las víctimas principales de Borkman son las hermanas que encarnan Silvia Perez y Mónica Salvador. Ambas actrices juegan muy bien el enfrentamiento por el amor a un mismo hombre que termina arruinando la vida de ambas: la de una por negarle la felicidad de vivir su amor y la de la otra, porque si bien recibió su amor y hasta la dicha de tener una hija, queda pegada a un apellido mancillado por las acciones fraudulentas del marido. Es muy interesante el rol de la hija en todo este embrollo, quién incluso también forma parte de una especie de moneda de cambio entre las hermanas, y como finalmente se va desentrañando cuáles son los planes que esta hija tiene para vivir su vida.

Las apariciones en escena de Alejo de Santis son exquisitas, aportando la liberación de la comedia en medio del drama, con mucha presencia en escena y momentos de alto disfrute.

Funciona muy bien la escenografía de hierro que emula una vivienda de dos plantas, siendo la planta superior el espacio que ocupa Moreira la mayor parte del tiempo, y la planta inferior donde se baten a duelo las hermanas. También es interesante el recurso de utilizar los espacios cercanos al público como una especie de calle aledaña a la casa, que nos acerca a los personajes cuando deciden salir de su refugio, y donde Moreira se luce con un monólogo magistral.

Ficha:

El elenco lo completan Denise Gómez Rivero y Alejo de Santis bajo la dirección de Marcelo Velázquez y producción de Juan Iacoponi