Los hilos invisibles que mueven el mundo

Miami es, sin lugar a dudas, un significante complejo dentro de la diaria argentina. Es decir, son múltiples las imágenes que se disparan entre quienes habitan al sur, siendo el único destino posible para algunos y el último lugar en la tierra que otros desearían pisar. En esa tierra, que para muchos siempre estuvo cerca, es el escenario de encuentros entre compatriotas, expatriados y repatriados. Mario Diament, una pluma sagaz del teatro porteño, elige este espacio para contar la fortuita reunión entre dos desconocidos, dos universos que chocan: lo que la política parece y lo que realmente es. Así, bajo la dirección de Daniel Marcove, El fixer cuenta la historia de uno operador político y un periodista que se choca con la primicia.

La música tropical va dando luz a un cafecito con vista al mar, insinuado entre sillas de diseño de café con impronta. Allí aparece el periodista (Enrique Dumont) siendo abordado por el fixer (Edgardo Moreira), un hombre con canyengue en el decir que, en última instancia, añora la compañía del país que (lo) abandonó. La escena deviene en un tenso ida y vuelta bajo la pregunta que desvela a muchos: ¿quién tiene el poder?

El relato, en pos de verdad, toma hitos de la turbulenta política local: el caso Nisman y AMIA, abrevadero de la curiosidad histórica que al día de hoy siembran dudas. Con ese impulso, los personajes exhibirán un diálogo que oscila entre la tensión y la comedia en forma vertiginosa. Tanto Dumont como Moreira parecieran hablar de todo y de nada a la vez; de la realidad del poder en manos de pocos y de las miserias humanas propias de quiénes operan en las sombras. Moreira, particularmente, le imprime una calidad criolla al personaje, entre lo afable y avivado, que motoriza el ritmo de la obra.

Se reconoce, sin duda, la mano Diament, dramaturgo rara avis del teatro local. Sus guiños habituales a Borges, sus diálogos cuidadosamente amasados, palabra por palabra, su innegable localía. Más aún, su obra es uno de los tantos nuevos productos que admiten la pandemia como contexto dramático, la nueva normalidad de la ficción, que saben abrevar en el auténtico día a día para producir un teatro que pueda insinuar grandes reflexiones desde un texto natural y ameno, toda una proeza teatral.

Ficha:

Actores: Enrique Dumont, Edgardo Moreira

Director: Daniel Marcove