En una playa junto al mar

Monserrat es una joven de clase alta que se escapa de su entorno un tanto superficial  y opresivo para refugiarse en la soledad de la playa, donde puede leer y escribir tranquila sin que nadie la moleste. De pronto, se produce un encuentro fortuito con otra joven que nadaba con total libertad desnuda en el mar. A partir de ese momento entablan una conversación que se torna cada vez más íntima, en la cual dialogan sobre sus vidas, sus deseos más profundos y sus anhelos. Descubren que pese a ser de diferentes lugares (una porteña y la otra marplatense), de pertenecer a distinta clase social, de haber atravesado diversas experiencias de vida, tienen mucho más en común de lo que imaginaban. Es entonces cuando inesperadamente, así como una ola nos revuelca raudamente llevándonos hasta la orilla, dejándonos un tanto alborotadas, entre ellas nace el amor. Un amor que se contrapone con los mandatos de la época (de la sociedad de la década del 1930) donde la homosexualidad era vista como algo pecaminoso, como una ofensa  a la moral y las buenas costumbres, por ese motivo debía permanecer oculta, en secreto. Así fue hasta que Monserrat y Luisa son descubiertas por Vicente, el hermano de Monse. Él fue en busca de su hermana para pedirle que se prepare para la fiesta que se iba a hacer con motivo de celebrar el compromiso de ella con Julián (un joven adinerado con el cual la familia se aseguraba no perder su status).  Es por eso que Vicente se opone rotundamente a la consumación de ese amor entre su hermana y Luisa, hace todo lo posible para impedirlo, hasta acabar realizando un acto de locura imposible de revertir. Con el transcurso de las escenas nos vamos dando cuenta que las cosas no son como parecen, que todos los personajes detrás de su apariencia guardan secretos que se van revelando poco a poco hasta desnudar lo que verdaderamente son.

Esta excelente obra escrita y dirigida por Carolina Mazzaferro (quien también en esta ocasión reemplazó en el papel de Monserrat a Malena Rodríguez y lo hizo formidablemente) nos habla sobre la libertad de ser como somos, auténticos, sin aparentar nada, aceptándonos, valorando nuestros deseos, sin tener en cuenta los condicionamientos que la sociedad nos impone.

Con muy buenas actuaciones de todo el elenco en general, pero sin dudas, uno de los personajes más entrañables que cautivan nuestra atención es Vicente (Joaquín Sesma) que pasa por momentos tragicómicos y melodramáticos demostrando gran ductilidad.

Como parte de la puesta en escena cabe destacar la incorporación de Maite Rodríguez Chietino quien le da el clima necesario a cada escena con sus intervenciones vocales y además interpreta canciones compuestas a partir de textos de Silvina Ocampo. Tanto la escenografía de Maricel Aguirre que alude a las olas del mar, como la iluminación de Moshe Maya Duarte -que por momentos crea imágenes muy sugestivas que acompañan el relato-, como el acertado vestuario de época realizado por Paula Ameri forman en conjunto una obra muy atractiva, donde todos los aspectos que componen el hecho teatral se articulan armoniosamente.

Ficha:

Actores: Ana Antony (Antonia); Camila Brogliatti (Luisa); Francisco Darré (Julián); Malena Rodriguez (Monserrat); Joaquín Sesma (Vicente)

Diseño Musical y Voz en Vivo: Maite Rodriguez Chietino

Dramaturgia y Dirección: Carolina Mazzaferro