El oscuro brillo de la pureza

 

Un delincuente menor de edad es detenido. Lo envían a un lugar donde el médico que lo interroga le asigna un número.  A partir de ese momento lo llaman 17; un primer gesto de expropiación de su identidad. La madre, obrera de un frigorífico, cuando intenta reclamar por su hijo, se encuentra con una propuesta; siendo el séptimo hijo varón, apadrinado por el expresidente recientemente fallecido, la viuda lo eligió entre otros para que le haga compañía en su viudez. La imposibilidad de mantener a sus hijos por sí misma, la falta de sostén económico, la precariedad en la que vive como madre soltera, hace que la decisión de desprenderse de su hijo no sea difícil de tomar. Los estudios del adolescente indican que es de raza aria pura. No es un dato menor al momento de ser tomado en cuenta por el médico. Eso determina su posible rehabilitación y reinserción en la sociedad, dándole la oportunidad de pertenecer a una clase que está por encima de la suya. La enorme influencia del Higienismo y el Positivismo en la criminología, a principios del siglo XX en Argentina, constituirán los marcos conceptuales para las prácticas que intervendrán en lo social. La ciencia, entre otras cosas, determinará las condiciones de irreversible marginalidad dándole lugar al racismo, la xenofobia y al antisemitismo. Ese será el contexto, en el cual una oscura trama, esconderá una historia de venganza y resentimiento.

La impecable dirección de Ezequiel Sagasti logra sumergirnos en esa sombría atmosfera que nos propone la obra. La cruda, hostil y lacerante realidad se entreteje en escena, a través de las imágenes construidas tanto en el cuerpo de los actores como en los climas de tensión generados en la intimidad del espacio. La escenografía contextualiza con sumo detalle la época en la cual trascurre la historia, y junto al vestuario no solo da un marco de referencialidad, sino que estéticamente conforma una propuesta particularmente interesante. Es destacable la actuación de Edgardo Moreira, quien encarna al médico, dotándolo de cinismo y soberbia, sin caer en ningún estereotipo; dándole gran veracidad al personaje. El resto del elenco Silvina Katz, Matías Recalt, y Florencia Capiello realizan un trabajo parejo y de gran compromiso en escena.

Después de diez años de su estreno en Ciudad Cultural Konex, dirigida por su autor Gonzalo Demaria, nuevamente “Cabo Verde” nos interpela, conmueve y nos permite reflexionar, bajo esta excelente dirección y grandes interpretaciones.

Ficha:

Dirigida por Ezequiel Sagasti
Elenco: Edgardo Moreira, Silvina Katz, Florencia Cappiello y Matías Recalt