Persiguiendo la pelotita
En una entrevista, Pedro Saborido es consultado sobre la profundidad simbólica que tienen algunos personajes de “Pedro Capusotto y sus videos”. La pregunta es de lo más relevante porque cualquier espectador sospecha que ese show televisivo, que en apariencia es barato y simplón, esconde siempre lecturas agudas y críticas sobre la política, el arte y la coyuntura. La respuesta de Saborido es reveladora. Mientras confeccionan los personajes, piensan, experimentan y repiensan sus sentidos, Pedro cuenta que, para la pelota y le sugiere a Diego: “Nosotros somos los perros, no los veterinarios”.
Con la misma soltura Nacho Pozzi desarrolla Revés en llamas. Obra quizás desarrollada en un gesto de escritura automática cortazariana o siguiendo un ejercicio de estilo como los que proponía Raymond Queneau. El método que se adivina es juntar dos universos a priori desconectados: el tenis y la educación emancipadora. Eso por arriba. Por debajo lo que persiste es el fuego. El fuego literal y el que se percibe en los cuerpos.
Los directivos del Instituto de Educación Waldorf “Rudolf Steiner” citan a los padres de Marquitos a una reunión. La de Marquitos es una familia ensamblada: papá, mamá, amiga de la mamá y compañera de entrenamiento que ahora resulta que sale con papá (el entrenador) y Marquitos. Más allá de la insistencia del papá en querer solucionar todo con dinero, los directivos de la institución parecen determinados a expulsar a Marquitos luego de que éste haya causado múltiples daños físicos y materiales irreparables tanto a la institución y a sus compañeritos. Están convencidos de expulsar a Marquitos, al menos hasta que se enteran de que la familia ensamblada suma un nuevo integrante. Ahora mamá sale con el tenista profesional que está entrenando papá: “El Señor Diego”, como le dicen, más conocido como el Peque Schwartzman.
Dos directivos, tres papis, empiezan a desenlazar reuniones, triángulos amorosos y diálogos cargados de idas y venidas, juegos de palabras, autoconsciencia teatral, hilaridad y ritmo. Entre escena y escena, y con el motivo del fuego como banda sonora, aparece una proyección audiovisual que da cuenta de esa mezcla de universos distantes: algo de la sensualidad brutal del deporte que se puede también ver en la reciente película de Luca Guadagnino (Desafiantes) y algo de la monstruosidad de los niños como en Cuando acecha la maldad (Demian Rugna, 2023) por nombrar una de muchas.
La conclusión veterinaria del crítico es: la obra de Pozzi siempre es una burla al teatro y a sus convenciones más instaladas. Revés en llamas no es la excepción. De ahí la explosión sórdida de su final.
Ficha:
Actúan: Luis Gritti, Camila Cahn, Camila Glasserman, Sergio Zanardi y Milagros Martino
Dirige: Ignacio Pozzi
Género: Comedia
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