Presentación del libro: “El niño resentido” de César González. (Feria del Libro)

Ante un auditorio repleto donde las sillas no alcanzaron para albergar a los asistentes al evento, César González presentó su último libro: “El niño resentido”. La presentación del evento contó con la magnífica apertura de la escritora Dolores Reyes. Entre risas y complicidad, Cesar celebró esta reunión agradeciendo a todos los asistentes, a la editorial y a su familia que estuvo presente en el evento.
Al comienzo de los agradecimientos, el escritor contó que la libertad fue fundamental para contar lo que quería, como quería, sobre cuestiones sensibles para la sociedad como es la cuestión de la inseguridad y la violencia.
Aun así, recalcó que su lugar, como escritor fue narrar sus vivencias como “pibe chorro” donde tuvo que pensar si no estaba haciendo apología al delito con su obra fue difícil ya que no es ficcional, es un autorretrato que ha costado siendo el sexto libro publicado en su carrera.
Es su primera incursión en lo autobiográfico, reconociendo que aún vive en la villa Carlos Gardel, sorprendido de la repercusión del libro. Esa dificultad en la escritura biográfica se puede resumir en sus propias palabras: “…en el libro hay cosas que fueron difíciles vivir y que siempre rechacé contar y en este libro las conté yendo a fondo”.
En ese singular el escritor expresa lo plural ya que pertenece a una comunidad definida dentro de la sociedad argentina, que no comparte solo el espacio geográfico, sino que además tienen una relación con ese espacio geográfico muy específica. Esa pluralidad expresada en una voz es la realidad que viven muchos chicos en Latinoamérica donde ser parte de una villa forma parte de una identidad colectiva.
Ese sector siempre fue escrito y pensado por otros, donde el escritor expresó su deseo de que florezcan los libros contados por los villeros sin perder de vista una contradicción que había mencionado Mujica: “lo único que hay que erradicar de las villas es la miseria”.
Por último, la presentación anticipó una continuidad de la novela publicada y dejó lugar a preguntas recalcando que aún sigue transitando los escenarios de su novela, tan palpables, tan cercanos a la vista que son inevitables no volver a recorrerlos en su dolorosa memoria.
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