¿Elección o infortunio del destino?

En vísperas de la Revolución Francesa, recluidas en el convento, cuatro mujeres portan sus hábitos y los interrogantes sobre su condición. ¿Elección o infortunios del destino? Rápidamente, las dudas se despejan. ¿Quién quiere entregar su vida a una vida monástica? Los diálogos van y vienen. La ilusión de salir del convento es una búsqueda constante. Al comienzo, hay dudas sobre quien desea encomendarse a Dios y quien desea casarse para encontrar otro destino. Incluso, subterráneamente, surgen luces y sombras. ¿Alguna desea el deseo de la otra?

Portando sus hábitos, Justine y Helene dialogan sobre sus posibles pretendientes. A modo de broma, Justine, escribe en nombre de Helene  y le envía una carta a su prometido. De ahí en más, la trama comienza a expandir sus hilos, engullendo en una telaraña dramática que enreda a los personajes, incorporando uno más a escena, ante un afuera, un contexto de griterío y lucha, signado por las insurrecciones violentas contra la Monarquía.

En el escenario, hay estructuras marrones del convento, algunas enrejadas, otras abiertas, como el esqueleto de un convento que aún no logra conformarse en su totalidad. En el centro, un asiento marrón de madera donde conversan y cuentan sus deseos. 

En cuanto al vestuario, tres de ellas llevan hábitos blancos y la madre superiora, lleva su hábito negro y un rosario de cuentas marrones. Cabe destacar la dramaturgia de la luz y el sonido, que sirven de pasaje para un nuevo acto, un nuevo despliegue donde se verán las oscuridades de algunos personajes, el deseo de salvarse cueste lo que cueste.

El guión, brillantemente elaborado por Mia Miceli, construye diálogos que sitúan al espectador en un contexto de época y abre la pregunta, si llegan a expandirse las insurrecciones. ¿Qué camino se debe tomar para conservar la vida? Modificando a Borges en el poema “el amenazado” ante un suceso no deseado, se podría pensar en las derivas de las decisiones humanas: es la revolución, “tendré que ocultarme o huir, ya sus cárceles me cercan…”

En cuanto a las actuaciones, cabe destacar que el papel interpretado por todo el elenco es impecable porque transmite el drama, la angustia, la búsqueda amorosa y el implacable deseo de estar vivo. Aquí, las actrices despliegan su oficio, orientando sus posturas hacia el público, dejando entrever las actitudes emocionales, desplazándose por el espacio escénico y construyendo una obra dinámica donde el cuerpo de las actrices no es un simple emisor de signos, sino que posee intensidad, flujo pulsional y ritmo.

La obra ganadora del Primer Premio Germán Rozenmacher de Nueva Dramaturgia 2024, “!Oh cabezas locas de las religiosas!” dirigida y escrita por Mia Miceli  es una excelente propuesta teatral para pensar, dejarse llevar por el drama y disfrutar del buen teatro.

Gabriel Crespo

Ficha

Género: Drama

Elenco: Ana Luz Camps (Marion), Miranda Di Lorenzo (Hélène), Agustín Gagliardi (Marqués de Croismare), Mia Miceli (Justine), Melina del Valle Villar (Sor Agnes)

Escenografía: Ariel Vaccaro

Vestuario: Paola Delgado

Iluminación: Leandro Orellano

Prensa: Valeria Franchi

Producción: Julia Zlotnik

Colaboración artística: Leandro Orellano

Dramaturgia y dirección: Mia Miceli

Duración del espectáculo: 75 minutos