La fugacidad del amor
Luna inmensa corona la noche de San Petesburgo. Bajo un cielo claro de invierno, un hombre de traje y sombrero bombín se encuentra sentado en el banco de la plaza, iluminado por una luna inmensa y un farol, reflexiona sobre las relaciones humanas, profundamente triste en su soledad.
Cerca, se vislumbra un puente verde que atraviesa un río. Todos estos elementos que parecen extraídos de un sueño, son objetos fundamentales para que la obra: “Noches blancas” de Dostoievski, cobre vida.
Este escritor y soñador desdichado que goza imaginando la posibilidad del encuentro con otros o sobre la posibilidad de encontrar una compañera de vida es consciente del peso de su soledad, se hunde en sus cavilaciones mientras el tiempo pasa.
Mientras sus reflexiones invaden el pensamiento, una mujer cruza el puente y así, se desarrolla una amistad que se funde y confunde con el amor.
Ambientada en el siglo XIX, esta obra dirigida por Leo di Nápoli posee belleza, por sus sutilezas desde la puesta en escena hasta en las emotivas actuaciones.
En cuanto a las interpretaciones, Fidel Araujo, Vanesa Spera y Claudio Cardozo se desenvuelven en este paisaje de ensueño con la emotividad y romanticismo que requieren sus personajes caracterizados. Incluso, rompen la cuarta pared para expresar sus deseos y sus pensamientos al público logrando conmover y lograr destellos de comicidad.
En este aspecto, un gran logro, además de los aspectos destacados como el vestuario y las actuaciones que son fundamentales, es la adaptación de una obra publicada en 1848 que, en la actualidad, se transforma en una pieza de teatro dinámica e imperecedera.
Aquí, también cabe destacar el impecable trabajo de vestuario realizado por Jennifer Sankovic donde el traje del hombre y el vestido a tono de la mujer con su sombrero, personifican a la perfección los trajes de época hasta en el mínimo detalle.
Otro aspecto que enaltece la obra, es el uso de las proyecciones a través de la técnica de mapping realizada por Mateo Garcia. Dichas proyecciones sobre la luna, sirven para marcar un acto del otro acompañado con la iluminación que baja las luces para que las ilustraciones en movimiento pueden resaltar como la lluvia que cae atravesando de azul la luna antes de la última noche blanca.
Además, la iluminación y la música ambientan las escenas, otorgando pasajes de alegría y oscuridad, indicando la transición de un acto al otro como así también, acompañando el texto donde la claridad del amor y sus desdichas serán expresadas a través de la dramaturgia de la luz.
En conclusión, la obra “Noches blancas” dirigida por Leo di Napoli es una excelente propuesta para disfrutar de un cuento clásico de Dostoievski elaborado con el mismo material con el que se hacen los sueños.
Ficha:
Género: Drama
Autoría: Fedor Dostoiesvki.
Dirección y producción general: Leo Di Nápoli.
Asistencia de dirección: Sofía Lobos.
Producción ejecutiva: Andi Vega.
Actúan: Fidel Araujo, Vanesa Spera y Claudio Cardozo.
Mapping y diseño de luces: Mateo García.
Vestuario: Jennifer Sankovic.
Asistentes de producción: María Rodriguez y Victoria Oliveira.
Escenografía: Victor Salvatore.
Maquillaje: Nayeli Vega.
Backstage: Jessica Gimenez.
Fotografía: Tahira Vega y Leo Di Nápoli.
Música original: Carlos Véliz.
Duración: 60 min.
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