Afrontar el desafío

Porque es necesario y siempre saludable  ver y hacer frente a  los miedos y a las inseguridades. Porque en toda oscuridad el ojo se puede acostumbrar  y  ver una luz para tantear el camino. Porque nunca algo que se oculta deja en paz a su dueño.

Tal vez resulte un disparate pensar que una pareja adulta, funcional y bien constituida  se proponga  realizar un viaje hacia aquella infancia vedada, obstaculizada. La infancia  porteña de los años “70”. Esa repleta de estereotipos, de  anhelos, de los  entrañables juegos. Las cartas de puño y letra, las tardes y las noches en la vereda, la ingenuidad plena.  Pero también, esa, repleta de  violencia, de prohibiciones  y de presiones sociales, mandatos familiares.

Gabriel Lenn y Mónica Stricker, con una actuación versátil y sumamente graciosa no solo se dejan transportar a aquel territorio ya distante y misterioso (provocado por la adquisición repentina  de un monstruo en escandalosa oferta ) sino que además se transforman, se adaptan ágilmente a otros cuerpos y ahora ya son dos niños que juegan, ríen, bailan, lloran y se quejan. Se confunden y se manifiestan.

El matrimonio, acorde con el tono absurdo de la pieza, (ganadora del primer premio del concurso de dramaturgia de humor de la Dirección de cultura de Santa Rosa La Pampa) se enrieda con las palabras, se retuerce y duda pero, finalmente, se reconoce en  cada objeto, con los recuerdos. También lo hace con el cuerpo, con los movimientos y los gestos que, en su conjunto, hablan de una técnica sólida. Se completa y perfecciona la puesta general con una eficaz disposición y operación de luces, el diseño de sonido y el armado plástico-estético de la escenografía.

Una mirada humorística y tierna a través de la gracia de estos intérpretes abre el espacio a la reflexión para evocar, una y mil veces más el tema de la identidad.

 

Ficha técnica

Actuaciones: Gabriel Lenn y Mónica Stricker

Dirección: Gabriel Lenn