Dos hombres y una calle

Una calle vacía, dos hombres que no se conocen, cuyas vidas son completamente  diferentes, pero quizá no tanto como creen.

Dylan (Daniel Beniluz) es un artista que trabaja y vive en la calle, por  la mala situación económica por la que atraviesa tiene dificultades en su vida, pero a pesar de esto él tiene una mirada optimista sobre el mundo. En “su” calle conocerá a Juan Ferro (Gabriel Daneri) un hombre mayor, escritor, que se dirige a la parada del Metrobús, éste último, al contrario de su compañero tiene una mirada más pesimista de todo.

Si bien hoy no hay nada en el lugar, hace unos años, allí se encontraba la casa de Juan, pero familia se tuvo que ir a cambio de dinero porque iban a demoler, este hecho lo marcó para siempre y es una herida que  a pesar del paso del tiempo, no logra cicatrizar.

Al recordar este hecho él se siente muy angustiado porque revive parte de su vida con la ellos, además el hecho que hoy ese espacio esté habitado por otra persona, le genera resquemores.

Pese a que sus vidas parecen ser opuestas van a encontrar en la soledad un punto en común, algo que los une más allá de todo.

En cuanto a la puesta en escena está muy bien plantada, ya que mediante diferentes recursos conecta al espectador con el espíritu de la obra. La “casa” de Dylan, se referencia con pocos pero significativos elementos, como una manta con sus pertenencias y una guitarra, que es lo que más lo identifica. También se proyecta a través de una pantalla la imagen de la parada del Metrobús y de la avenida en la que ellos transitan.

Es una obra muy interesante, ya que las grandes actuaciones de Gabriel y Daniel invitan al espectador a reflexionar acerca de la vida y el día a día.

 

Ficha:

Director: Hugo Asencio.

Actores: Gabriel Daneri (Juan Ferro), Daniel Beniluz (Dylan).

Director a cargo: Gabriel Daneri.