Cría cuervos

Partiendo de una premisa casi inagotable, las relaciones familiares, en este caso la relación de dos hermanas con su madre, la obra construye con cuidadas imprecisiones. Una historia posible entre esta familia de tres. Cotidianidades y celebraciones. Deseos y cumpleaños, planes fallidos y planes logrados. La educación como forma de destruir la voluntad, la opresión como forma de ser, y una hipótesis que la atraviesa: los atributos familiares crean sus propios monstruos.

La puesta utiliza apenas dos elementos escenográficos que las intérpretes, como en un juego de niños, usan a su antojo, dándoles el sentido que requiere cada momento, para crear los distintos espacios y situaciones. Este método lúdico es parte esencial en la construcción de la obra, ya que se utiliza no solo en la escenografía, sino en la resignificación permanente de resto de los elementos, la veracidad de los hechos, o parte del vestuario por dar dos ejemplos.

El vestuario y su uso de los colores, junto con la iluminación, aprovecha eficazmente los contrastes y similitudes, la madre, de negro absoluto, se agiganta por las penumbras del entorno y se funde en los momentos de oscuridad para desaparecer y volverse omnipresente, Las hermanas usan una cuidada elección de colores y tonos, en un equilibrio que las emparenta, pero a la vez las diferencia. La iluminación excede en toda la obra su función elemental de permitir ver y es usada como un lenguaje más para construir sentido. Las intérpretes tienen y utilizan entrenados recursos de la danza, el canto, el clown y el teatro de texto.

El universo en un sótano

Hermana Carne es una obra abierta a interpretaciones, que utiliza, visual y conceptualmente, por la forma en que presenta los hechos y ordena su cronología, una lógica más vinculada a lo onírico que a lo real. Un ejercicio de humor negro y disparate llevado adelante esencialmente con el cuerpo y su entrega por parte de las intérpretes, La puesta en escena tiene un trabajo que cuidada los detalle en cada uno de los elementos que utiliza. Esto le permite la esquiva tarea de construir y sostener un universo particular.

Una tragedia absurda, cargada de simbolismos, contada con humor, irreverencia, compromiso y talento.

Ficha:

Texto: Creación colectiva Arden teatro

Dirección: Marina Cachan

Elenco: Mariel Adan, Florencia Converso, Mariel Zub

Participación especial: Paula Marchi

Vecina: Alejandra Buraschi

Vestuario: Arden Teatro, Ludmila Villar, Lucía Romao

Maquillaje: Melisa Ontivero

Luces: Rodolfo Eversdijk

Arte Gráfico: Juan Carlos Bonura

Prensa: Entre Líneas

Coreografía: Marina Cachan

Asistencia de dirección: Rosario Yarroch

Producción: Arden Teatro

Género:

Drama