Estos pequeños libros que quedan

Estos pequeños libros que quedan

Ficha

  • Datos de funciones:

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  • Prensa:

    Cecilia Gamboa

 

Buscando lo innombrado

Madre e hija llevan horas buscando un sobre en la biblioteca de la casa. Aquella tarea les llevará a remover no sólo los libros y sino que también la relación entre ambas y un duelo que comparten. Estos pequeños libros que quedan es una pieza teatral que de manera lúdica y reflexiva que bordea el realismo mágico.

La hija (Agustina Muñoz) es una mujer apasionada por la lectura, de cada libro de su biblioteca recuerda un texto, una frase o algo del autor que trascendió en ella. Los libros son tan importantes en su vida que a uno de ellos le confió todos sus ahorros. Sin embargo, no recuerda cuál. Su madre (Mónica Raiola), quién intenta ayudarla, también disfruta mucho de la lectura. A medida que revisa los diferentes libros, se desconcentra, los recita y recuerda con entusiasmo aprendizajes de otros tiempos. Su carácter es fuerte y cuestionador. Necesita dar su punto de vista y relacionar la literatura con su vida personal. Esto desentrañará más de un conflicto entre ambas.

La dramaturgia de Cynthia Edul es inteligente. Gracias al personaje Biblioteca (Ignacio Sánchez Mestre) las protagonistas y el público acceden a textos e información como clasificaciones, biografía de los autores o citas específicas que hasta el momento no circulaban. Gracias a este recurso, en escena, además de las protagonistas, se genera una atmósfera de conocimiento y un juego entre la biblioteca, la madre y la hija. Autores modernos como Rubén Darío o José Martí y otros clásicos como Shakespeare, Cervantes, García Márquez, Borges y Sor Juana Inés de la Cruz iluminarán con sus textos a los diferentes personajes.

A medida que pasa el tiempo y no logran hallar pista del sobre, los métodos de búsqueda y el pasado entre ambas se presentan de forma incisiva. Las diferentes metodologías chocan y dejan ver, preguntas y heridas del pasado. Por una parte, una madre que asegura haber dado todo por sus hijos y, por otra, una hija que necesita cortar ese cordón umbilical y avanzar.  La literatura se entremezcla con la realidad y asomará el dolor de la pérdida de un familiar. Cada una ha vivido el duelo de una forma diferente, la hija se ha refugiado mayormente en los libros.

La escenografía se compone de unos cientos de libros arrimados en diferentes torres y otros esparcidos por la habitación. Los cambios de iluminación le otorgan una mayor atención a un personaje respecto a otro y con ello, se modifica el clima en cada escena, volviéndola más íntima e introspectiva. Otro elemento a destacar respecto al espacio, es la ubicación del público. Este se distribuye en forma de “u” respecto al escenario, de esta manera, los espectadores de los laterales quedan enfrentados. Esta decisión resulta interesante, cómo en una biblioteca, se reúne lo íntimo y lo público.

Finalmente, esta producción de Paraiso Club, invita al espectador a gozar de la literatura desde otro lugar. Aquellas voces de los clásicos y los modernos se trasladan del texto para  impregnarse en el vínculo de estas dos  mujeres. Más allá del sobre, ellas buscan darle nombre al duelo y otras heridas que llevan el cuerpo.

Ficha:

Actuan:  Mónica Raiola, Agustina Muñoz e Ignacio Sánchez Mestre

Asistencia de dirección:   Amanda Minujin

Música Original:  Guillermina Etkin

Iluminación:  Sebastián Francia

Escenografía y vestuario:  Paola Delgado

Producción:  María La Greca

Comunicación y prensa:  Cecilia Gamboa

Autoría y Dirección:  Cynthia Edul

Género: Drama

Categorías: Reseñas

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