El señor Martín

El señor Martín

Ficha

  • Datos de funciones:

    Información sobre las funciones, en la cartelera

  • Prensa:

    Daniel Franco

 

El idioma de las raíces

El 23 de febrero del año 2022, la ministra de educación de la ciudad junto al gobernador anuncia con orgullo las primeras escuelas bilingües, donde muchas materias serán dictadas directamente en inglés.

Este hecho, no tan ingenuo ni azaroso, marca una distinción en materia educativa que supuestamente eleva el estatus de la impartición de conocimientos en los establecimientos públicos. Cabe destacar, que el aprendizaje bilingüe en la escuela privada fue siempre sinónimo de prestigio y de superioridad educativa. Sin embargo, sería interesante pensar: ¿En qué lugar queda el idioma de origen? ¿Qué pasa con el lenguaje que está ligado a las raíces? ¿Qué se hace con aquellas palabras que no tienen traducción porque son parte de la cultura y de la historia de un país? ¿Cómo es posible que un lenguaje extranjero llegue a tener igual o mayor importancia que el propio? ¿Qué sucede cuando las políticas educativas anteponen la “utilidad” al desarrollo y al fortalecimiento de la identidad?

Si bien “El señor Martín” fue escrita y estrenada en el año 2002 por Gastón Cerana -sin tener una relación directa con la noticia, por razones cronológicas -, el contenido de la obra, veinte años después aún sigue teniendo sus resonancias y puede resignificarse en el contexto actual. La identidad y el lenguaje, son temáticas que aún siguen atravesándonos como sociedad.

La historia transcurre en un colegio privado de la provincia de Buenos Aires; el señor Martín – profesor de inglés-  interpretado por Luis Cardozo, mantiene una relación tensa con su alumno Martín, encarnado por Juani Pascua (valga la repetición del nombre y el voluntario juego de palabras para plantear la cuestión de la identidad). Sus métodos de enseñanza, por momentos humillantes y claramente despectivos hacia la cultura local, pretenden inculcar una suerte de snobismo y un marcado desinterés por la propia idiosincrasia. Pero no le resultará tan fácil con un alumno que cuestiona, interpela y busca la verdad más allá de todas las imposiciones.

Ambos personajes son interpretados magistralmente por estos dos actores. En un escenario despojado, el cuerpo de los interpretes sostiene el texto; le da soltura, vitalidad, y hondura a la trama, sin dejar de lado el humor.

La dirección de Gabriela Villalonga es minuciosa, clara, certera y precisa, a la hora de dirigir a los actores, logrando – con gran talento y oficio- hacer que se luzcan en escena, explorando al máximo sus posibilidades expresivas y construyendo climas de tensión, así como también, momentos desopilantes. El vestuario y el diseño de luces, acompañan la puesta situando la historia y generando diversos espacios para el relato.

Esta obra -que participó del ciclo “Teatro x la identidad 2002” y obtuvo el reconocimiento de los Premios Teatro del Mundo que otorgan la UBA y el Centro Cultural Ricardo Rojas-, es una propuesta, sin dudas, para no dejar de ver: las actuaciones, la dirección, el texto y la temática repercuten en el espectador de forma implacable abriéndole la posibilidad de repensarse, y, a la vez, pasar un excelente momento.

Ficha:

Intérpretes: Juani Pascua y Luis Cardozo

Dirección: Gabriela Villalonga

Categorías: Reseñas

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